No podemos dejar de considerar esta preparación, a base de carne molida, como uno de los platos más reconocidos y también debatidos en la gastronomía universal, no solo por su contribución de más de 600 calorías por unidad típica, sino por ser el emblema de la cocina “light” y símbolo de las marcas de cadena para suministro de alimentación rápida. 

La hamburguesa enfrenta hoy dos enemigos poderosos que van en carrera ascendente: El debate sobre la comida sana y la reivindicación de 'slow food'. La hamburguesa en el ambiente norteamericano es símbolo de productividad, comodidad, riqueza, practicidad, etc. Algún factor en la historia tuvo que influir para elevar la hamburguesa tan aceleradamente a la categoría de líder de platos diarios vendidos, a pesar de que este producto, cuya composición con carne, tocino y queso, no es de la aceptación de un 60 por ciento de la población del mundo, que profesa más de una decena de credos religiosos. 

Algo debió dinamizar comercialmente el consumo de la hamburguesa, pues este producto tiene ancestros de mucha importancia histórica, como son las albóndigas de los árabes y el 'steak tartar' de los rusos, además de que, entre la existencia de los dos platos mencionados, transcurrieron más de seis siglos para que se activara la primera. En el colegio nos explicaban los compañeros que la hamburguesa era originaria del puerto alemán de Hamburgo.

Sin embargo, muchas investigaciones coinciden en que la costumbre de los mongoles al mando del gran conquistador del norte de la China, Genghis Khan, de llevar bajo sus sillas de montar, trozos de carne para ablandarla con el movimiento al cabalgar, fue lo que originó una forma de carne molida que facilitaba la alimentación de los guerreros, sin necesidad de bajar de su cabalgadura ni necesitar del fuego y de otros menesteres para la alimentación.
Una de las probabilidades de su origen es la relación del comercio de Alemania con Rusia y la llegada, por lo tanto, del 'bistec tártaro' y su transmisión a Estados Unidos por parte de los inmigrantes alemanes. Sin embargo, también en el país del Norte donde se han escrito muchas versiones sobre el verdadero origen de esta vianda, existe una que le asigna a los hermanos Menches del estado de Ohio, el invento de la hamburguesa, cuando asistían a una feria en Hamburg, pequeño poblado en el estado de New York a finales del siglo XIX. De varios estados de USA aparecen afirmaciones sobre inventores de este popular plato que también se dice fue popularizado por un personaje de las tiras cómicas de Popeye, llamado Wimpy, amante de la hamburguesa, y que dio el nombre a la primera cadena de restaurantes de este producto. 

Encontré en el internet un interesante artículo escrito por Mariana Montoya, intitulado “La otra Historia de la Hamburguesa” en el cual la autora plantea sus dudas sobre la tesis de la herencia de los mongoles a los alemanes y, seiscientos años después, a los americanos, sin pasar por otros países y regiones como la de los Balcanes y Asia Central, en ese período de tiempo. 

En los Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial, el consumo de la hamburguesa se fue convirtiendo en un símbolo que comenzó a expresarse en muchas apariciones de tipo popular. Ejemplo de ello es el de las historietas ya mencionadas como la de Popeye, pero también en la serie de Archie con las costumbres gastronómicas de un personaje muy conocido como es Torombolo. Igual sucede con ese personaje vestido de payaso, llamado McDonald. No menos importante fue el fenómeno del servicio en restaurantes diseñados para que el comprador no tuviera la necesidad de bajar de su vehículo. En este caso, con la intermediación de la hamburguesa, se unió el diseño arquitectónico de establecimientos públicos con la industria automotriz. Posteriormente, en la década de los años cincuenta se puso de moda el almuerzo familiar y de amigos, al aire libre; se fortaleció el concepto del “bar-b-q” (barbiqiú) o barbacoa, y se elevó la categoría social de la hamburguesa, más grande, con mejor presentación, y de ello se encarga el esfuerzo de marketing de las compañías, hoy mundialmente conocidas de preparación y venta del producto. 

De todas maneras, con cualquier resultado en los debates cualitativos e históricos, la hamburguesa es una realidad de la cocina, de la parrilla y de la plancha y la podemos preparar, en forma casera, de muchas maneras, para ocasiones fáciles y para asados con amigos.

Hamburguesa Casera

Para 5 personas, compre una libra de carne molida de res o de ternera - lomito, chatas, cadera- con el contenido graso de su preferencia. Mezcle bien con cebollita ocañera o roja muy finamente picada, miga de pan, 1 huevo batido, sal, pimienta y salsa inglesa. Cuando esté lista la masa, separe en cinco porciones redondas y con cada una de ellas haga una hamburguesa típica y déjela reposar en la nevera. Para cocinarla, puede hacerlo en la plancha, en una sartén o en el horno, iniciando con alta temperatura por 10 minutos y los 12-15 minutos restantes a 180o C. 

Puede servirla directamente en el plato, acompañada de ensalada de lechuga, tomates y papas  fritas, o preséntela, como es tradicional en los restaurantes de cadena, poniéndola entre dos tajadas de pan para hamburguesas y tajadas de cebolla cabezona, tomates, lechugas y queso. Este último lo puede introducir al horno, sobre cada hamburguesa para que ablande en el último minuto de la cocción. De aquí, su gusto lo llevará a muchas alternativas, que incluyen salsas o picantes de diferentes gustos, tamaños en las porciones, adición de otros ingredientes como la tocineta frita o el uso de salsa  de tomate, mostaza o mayonesa.