Heliogábalo y los banquetes de Roma

TOMADA DE INTERNET-EL NUEVO DÍA
Petronio (Tito Petronio Arbitro) fue un escritor y político romano que nació y murió en el siglo I dC. Sus aficiones a los asuntos de lujo y boato lo convirtieron en consejero y organizador de espectáculos en la corte de Nerón.

Petronio (Tito Petronio Arbitro)  fue un escritor y político romano que nació y murió en el siglo I dC. Sus aficiones a los asuntos de lujo y boato lo convirtieron en consejero y organizador de espectáculos en la corte de Nerón. 

Escribió una novela en prosa y en verso llamada El Satiricón en la cual narra aventuras de sus personajes y experiencias en diferentes banquetes de la época, calificados como ostentosos, ofrecidos por los hombres acaudalados y libertos de la época como Trimalción. 

Los resume en estos términos:  “ ...Trajeron por fin el primer plato, expendidísimo. En una fuente había un borriquito de bronce de Corinto cargado con unas alforjas que contenían aceitunas blancas y negras, respectivamente. 

En el lomo llevaba dos platos de plata, en cuyos bordes estaban grabados el nombre de Trimalción y el peso del metal. Arcos en forma de puentes sostenían lirones condimentados con miel y adormideras. Veíanse más allá salchichas asadas en parrillas de plata y, debajo de las parrillas, ciruelas de siria y granos de granada..."

"Interrumpió aquella especie de alegría la llegada del segundo servicio... Era un centro de mesa en forma de globo, alrededor del cual figuraban en círculo los doce signos del Zodiaco. 

El maestresala había colocado encima de cada uno un manjar que, por su naturaleza o forma, tenía alguna relación con las constelaciones: En Aries, había garbanzos; en Tauro, un pedazo de carne de vaca; en Géminis, riñones y criadillas; en Cáncer, una corona; en Leo, higos de África; en Virgo, la matriz de una cerda; en Libra, una balanza que en una platilla tenía una torta y en otro, un pastel; en Escorpio, un pececillo; en Sagitario, una liebre; en Capricornio, una langosta; en Acuario, un pato; en Piscis, dos bardos marinos...Inmediatamente...se acercaron a la mesa cuatro esclavos y quitaron...la parte superior del globo. Súbitamente descubrimos selectos manjares: aves cebadas, una teta de cerda, una liebre con alas en el lomo, figurando un Pegaso. 

Vimos también...cuatro sátiros con odres, de los cuales brotaban chorros de salmuera, que caían en un lago donde flotaban pescados condimentados ya...” (Tomado del escrito Banquetes Romanos. Un culto al Exceso del historiador chileno Gabriel Carranza). 

Esta descripción es el reflejo de la emulación entre poderosos hombres de Roma al inicio de nuestra era. Eran fiestas de bochorno y ofensa, de excesos y gula desenfrenada. A mediados del siglo I dC estos espectáculos se habían convertido en símbolo de status, tanto que el célebre y pudiente gastrónomo Apicius, angustiado después de haber despilfarrado en festines la mayor parte de su fortuna, decidió suicidarse para no vivir con la incapacidad de seguir el ritmo que ya le había demostrado a sus invitados de siempre. 

Y es que no eran pocos los excesos. Del emperador Calígula (12-31) se dice que ofrecía en sus banquetes panes elaborados en oro; del emperador Claudio (10 aC- 54 dC) se sabe que pasaba la noche con sus amigos comiendo y bebiendo sin parar. Del inefable Nerón (37-68) nada es extraño, ni siquiera sus banquetes de veinte horas, o de Maximiano (250-310)  que fue ungido como César y también como Augusto quién, en su glotonería máxima, se dice que devoró 20 kg de carne y 34 litros de vino en una sola noche. Frente a estas cantidades, hay que recordar que, con el uso de las plumas de ganso y las náuseas permanentes, todo era posible en el estómago de tan exagerados anfitriones. 

Los espectáculos anteriores también caracterizaron al joven emperador Heliogábalo (203-222) que, además de los excesos de comida y vino, ofrecía las carnes mezcladas con piedras preciosas molidas, oro y perlas. 

De este extravagante gobernante, asesinado a los 19 años de edad, se alcanzó a registrar, en una bella pintura llamada Las Rosas de Heliogábalo (1888), uno de sus banquetes en el cual, según las narraciones de la época, ordenó de sorpresa una lluvia inmensa de pétalos de flores, rosas y violetas, que terminaron ahogando a algunos de sus invitados. Estas comilonas requerían de cocineros de gran capacidad de trabajo y habilidad para la sorpresa, que era una de las exigencias en esta competencia de poderosos. 

Se necesitaba también un entrenado equipo de esclavos servidores en tantas y prolongadas sesiones de comida, bebida, agasajos personalizados para invitados, servicio a las mesas, ceremonias de sacrificios a los dioses antes de la fiesta y limpieza permanente y posterior al banquete, etc. 

Mattar Paneer 

(Receta para 6 platos, adaptada de la original en la cual se sustituye el paneer -queso indio que se cuaja con jugo de limón- por queso blanco fresco, y se añaden cubos de pescado dorado). 

Previamente obtenga 1 ½ tazas de mantequilla clarificada con ½ libra de mantequilla fresca. (Para clarificar, derrita la mantequilla a fuego muy bajo, apague el fuego, deje reposar y, cuando floten los lácteos, retírelos con una cuchara. Deje enfriar) Este es el elemento graso de los habitantes de la india y se denomina “ghee”. Con esta mantequilla clarificada y un poco de aceite, dore 350 gr. de queso blanco fresco cortado en dados de 2 cm, previamente enharinados, lo mismo que dados de mero fresco, cortado en dados del mismo tamaño y también pasados por harina. De otra parte, corte en plumas 1 ½ cebollas cabezonas y dórelas a fuego medio en otro recipiente, preferiblemente de barro, con otro poco de ghee y aceite sin dejarlas quemar. 

Cuando comiencen a dorar, incorpore 3 dientes de ajo finamente picado, 2 cucharadas de jengibre fresco rallado y chile o picante a su gusto. Dos minutos después, agregue 600 gr. de tomates maduros picados que pueden también ser enlatados. Integre bien y, unos 5 minutos después, agregue 1 ½ lbs de alverja verde fresca. Adicione 3 cucharaditas de garam masala, 1 ½ cucharadita de cúrcuma, 1 ½ cucharadita de comino molido y 1 ½ cucharadita de coriando molido. Salpimiente y revuelva bien la preparación para integrar las especias. Mantenga la cocción hasta encontrar la consistencia espesa deseada y si fuere del caso agregue agua. Cuando llegue al punto deseado, incorpore e integre cuidadosamente los cubos dorados del queso y el pescado. Rocié con cilantro picado y sirva acompañado de pan naan, fácil de hacer en casa.

Credito
YEZID CASTAÑO GONZÁLEZ Especial para EL NUEVO DÍA

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