El té del emperador Nung

TOMADA DE INTERNET-EL NUEVO DÍA
Esta bebida de hojas secas se descubrió en la China por casualidad, como ha sucedido con las creaciones más importantes de la gastronomía del mundo.

El emperador  Shen Nung  en su mandato había ordenado que el consumo de agua para los humanos debiera ser sometido previamente a un proceso de cocción hasta hervir. Dice la tradición que una tarde de reposo, bajo un árbol de té silvestre, una corriente de aire desprendió varias hojas del mismo que cayeron en un recipiente con agua hirviendo, y produjeron un aroma agradable que gustó al gobernante; así nació esa mundialmente conocida y agradable infusión. 

Shen Nung (2738-2696 aC) es considerado en la China como el padre de la agricultura. Además de estadista, político y filósofo, se le considera el creador de la escuela de la medicina herbal. Nung fue uno de los emperadores de una época China denominada 'de los Cinco Legisladores' que terminó con Huang Ti, el Emperador Amarillo, en el año 2597 aC con un proyecto de integración social que es el conjunto de la nación china de hoy. 

Nung dedicó muchos años de su vida al estudio de las plantas y sus efectos benéficos para el mejoramiento de la salud. Incluso, en la China no se duda de que este talentoso mandatario es el autor de la farmacopea (Pen Tsao) utilizada hoy en ese país. 

Dentro de muchas contribuciones, se le reconoce haber sido el inventor del arado para facilitar labores agrícolas. Los chinos desarrollaron una ruta para transportar el té desde Sichuan donde se producía, hasta Lahasa en el Tíbet y de regreso llevaban caballos. Este trayecto, que se hacía en 20 días, estuvo activo hasta mediados del siglo pasado. De todas maneras, el té, planta utilizada en el mundo entero que se consume fría y caliente, no se le debe considerar como parte de las hierbas medicinales, pues los contenidos de cafeína y taninos estrictamente no lo permitirían. Solamente el indicador de cafeína contenida en el té, puede llegar a ser dos veces más alta que la del café y sus aportes en vitaminas son muy pequeños. 

Al té se le utiliza como estimulante gástrico y como bebida placentera y refrescante y fue llevada al mundo europeo por los holandeses y no, por los ingleses como suele creerse. La compañía Neerlandesa de las Indias Orientales llevó el té a Holanda en el siglo XVII y después pasó a Francia. En el Japón no se aceptó inicialmente el nacimiento del té como originario en China, sino en la India. Ellos dieron crédito a la versión de que los secretos de la planta y la bebida fueron llevados por Bodhidharma el creador del Budismo Zen. 

Los japoneses le dieron además al consumo del té una solemnidad absoluta, creando para su consumo una ceremonia especial en la que el anfitrión y los huéspedes se revitalizan espiritualmente y buscan la armonía con el universo. Se trata de una ceremonia que se realiza en un sitio especial de las casas donde el respeto mutuo y la pureza de corazón buscan un equilibrio con las personas y la naturaleza. 

En Londres lo conocieron en la segunda mitad del mismo siglo XVII, pero la bebida comenzó a consumirse con fuerza en los años  del primer tercio del siglo XVIII. Evidentemente, en Inglaterra fue el país en el que más rápidamente se divulgó el consumo de este producto que hace famosa la hora de las 5 de la tarde para servirlo. Esta costumbre se le atribuye a Anna Maria Stanhope, séptima duquesa de Bedford, esposa del Duque Francis Russell (1788-1861), quien estableció esta costumbre alrededor del año 1840, con el fin de mitigar el hambre que se acusaba entre el desayuno y la cena, porque no acostumbraba sentarse  al almuerzo. La bebida la servía acompañada de tortas y galletas. 

Salmón al té verde: Para 4 personas, compre un kilo de salmón fresco, retire la piel y salpimiente. Rosée por los dos lados del pescado, 2 a 3 cucharadas de semillas de ajonjolí doradas previamente en una sartén, sin grasa alguna.  Lleve a un horno precalentado a 350o F por 15 minutos. Anticipadamente, inicie la preparación de una salsa calentando 2 tazas de caldo casero de pescado. 

Cuando esté hirviendo, agregue 3 cucharadas de té verde por espacio de 3 minutos y después cuélelo y déjelo enfriar a temperatura ambiente. Mientras está terminando la cocción del pescado, lleve un poco de mantequilla a una sartén a fuego medio bajo y, cuando derrita, agregue el caldo con el té y deje reducir por unos minutos. Finalmente, añada 2-3 cucharadas de crema de leche batida e integre bien. Sirva los filetes de salmón acompañados de papas al vapor, hortalizas de su preferencia, y riegue la salsa por encima de la carne. Si quiere una salsa más acuerpada, cuando la esté elaborando agréguele una cucharadita de maicena.

Credito
YEZID CASTAÑO GONZÁLEZ Especial para EL NUEVO DÍA

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