El coco, oro blanco

El coco es el fruto de una palmácea llamada cocotero que existe en el mundo entero y, como todos lo sabemos, tiene múltiples aplicaciones en su conjunto de planta y frutos.

Como en casi todas las especies del reino vegetal, su origen es incierto y lleno de hipótesis. Algunos investigadores afirman que proviene de las regiones tropicales del Pacífico mientras que otros señalan que su origen es africano. El Larousse Gastronomique afirma que es originario de una región de Oceanía (Melanesia) y de allí se difundió a Filipinas, India, Indonesia y Polinesia.

Lo que sí es cierto es que el cocotero crece en zonas cercanas al mar y su aparición en diferentes continentes bien pudo haber sido generada por vía marítima. El fruto puede fácilmente caer a las aguas y transportarse a grandes distancias, aprovechando las corrientes marinas y el blindaje de este, bajo la protección de la capa fibrosa y su cáscara.

El coco ha tenido innumerables aplicaciones médicas, especialmente para el tratamiento de afecciones pulmonares; además, a su alrededor se han tejido mitos y leyendas como las siguientes: Muchas tribus del mundo, como en las regiones del norte de la India, le han asignado al coco propiedades para aumentar la fertilidad. Se dice que cuando una mujer quería concebir, buscaba recibir de un sacerdote un coco especialmente tratado. En Bali se prohibió el contacto de la mujer con el cocotero para evitar competencias de fertilidad pues se creía que la mujer afectaba la de la planta. En el Pacífico Sur hubo comunidades que, con la cáscara de coco, tallaban monedas para comerciar. En Tailandia, el primer alimento sólido para un bebé es natilla de coco ofrecida por un sacerdote budista, para el buen futuro de la persona. En Nueva Guinea, los aborígenes aseguraban que la planta de coco había surgido del cerebro del primero de sus habitantes luego de su muerte.

Los cocos frescos y separados manualmente de la planta se utilizan en gastronomía y repostería. La pulpa se consume entera, rallada y asada o se utiliza en la producción de la leche de coco. El agua se extrae con mucha facilidad, si se abren los orificios naturales de la fruta, taponados con un material más blando que el de la cáscara, como si la naturaleza hubiera adivinado que esa fruta es para el beneficio de la humanidad. Los cocos que caen al suelo se llevan a desarrollos industriales y de ellos se obtiene el coco deshidratado, el rallado y el aceite. Este último, se utiliza como lubricante, combustible, en repostería y cosmetología. Con la salvia fermentada de la planta se produce vino. Las hojas y las cáscaras del fruto del cocotero se emplean en artesanía; la harina de coco se lleva a los alimentos para animales y toda la planta se emplea en construcción de albergues como habitaciones permanentes y facilidades turísticas. Con toda razón en la India se dice que “...la palma de coco es el árbol que ofrece todo para vivir…”

¿Cómo abrir un coco? Al comprar un coco recuerde que entre mayor cantidad de agua le sienta, más fresco está. Si le siente poca agua ya puede estar pasado. La manera más fácil de separar la pulpa es vaciando el agua. Se perforan sus “ojos” con una puntilla, o un punzón; el agua la puede consumir inmediatamente o guardar en la nevera hasta por cinco días. Después se lleva el coco a un horno precalentado a 180º C (350º F) hasta que la cáscara se quiebre y trate de separarse. Retírelo y, con la ayuda de un cuchillo para abrir ostras o de una cuchara fuerte, vaya quitando la pulpa para su uso posterior. Evite hacerlo con un cuchillo de cocina o de mesa. Es la mejor manera de perderlo por rotura. La película parda la puede retirar con en pelador de papas. Puede trocear la pulpa, o rallarla y congelarla.

Leche de coco: Se obtiene de la pulpa rallada, a partir de una combinación de 75 gr. de coco rallado por 1 de taza de agua de coco caliente, agua limpia o una mezcla de las dos. La mezcla se pone a enfriar, se lleva a un trapo o liencillo limpio, se cuela y el residuo se envuelve en el mismo trapo y se aprieta al máximo. En el recipiente queda la leche. Para un mejor aprovechamiento se puede repetir una vez más la operación, aunque la segunda leche será más clara. Se usa en muchos platos de cocina, especialmente de origen asiático, tales como los curry de la India y las salsas o sopas de pescado. En nuestro medio, cada vez se utiliza más y se puede comprar enlatada o en bolsas congeladas. Es un ingrediente fundamental en el arroz caribeño y en otras preparaciones como los encocados.

 

Crema de coco

Es la leche misma del coco con menos cantidad de agua y más espesa, y con mayor contenido graso. Puede hacerla en casa mediante una reducción de la leche a fuego medio. Se usa generalmente para repostería.

 

Arroz con coco

Para 2 tazas de arroz comience poniendo a hervir 1½ tazas de leche de coco revolviendo ocasionalmente hasta que se evapore el líquido y el sedimento se vaya dorando (titoté). Sobre el titoté ponga 2 tazas de arroz y revuelva. Adicione 3 tazas de leche de coco aguada y revuelva. Agregue 3 cucharadas de azúcar morena, 1½ cucharaditas de sal, 3 cucharadas de uvas pasas (opcional) y mantenga la cocción hasta que se consuma casi la totalidad del líquido. Tape la olla, baje el fuego y deje secar el arroz de la manera normal para cualquier arroz.

 

Titoté

Otro ingrediente importante para el arroz y otras preparaciones es el titoté o “chicharrón” de leche de coco. Se obtiene cocinando la leche de coco hasta que se evapora y queda un aceite en el fondo que rápidamente se torna de color dorado oscuro. Este separa y deja unas bolitas (cascaritas) negras que se denominan titoté. Puede incorporarlo al arroz o a la leche en la cual este se cocina.

toronjilcanela@yahoo.com

Credito
Yezid Castaño González

Comentarios