Modales en la empresa

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La cortesía y buenas maneras no se aplican sólo en ocasiones especiales; deben ser una práctica permanente, un comportamiento normal que lo caracterice en todo momento de su vida.

Muy especial atención deberá prestar a su comportamiento en el lugar donde labora, bien sea un empleado de bajo o mediano rango, o alto directivo. En todos los casos deberá cuidar de sus modales, no sólo para conservar el trabajo sino, muy especialmente, para hacer amable y gratificante la convivencia en ese espacio donde permanece la mayor parte de su tiempo. 

Parece obvio que todos preferimos disfrutar de ambientes laborales amables, antes que de espacios hostiles, pero  hay personas que parecen no haber entendido que esa es la resultante del comportamiento de todos y cada uno de quienes hacen parte de la empresa y que el prestigio de ella depende de quienes laboran allí.

Ganarse el respecto y, hasta el aprecio y simpatía de sus compañeros cercanos y lejanos, así como de sus superiores, ha de ser un reto de cada persona. Los beneficios son obvios, pues sólo de este modo habrá personas de su entorno que den buenas referencias de usted como trabajador y compañero, muy útiles para eventuales promociones y, acaso a la hora de recortes de personal y reestructuraciones, tan frecuentes hoy en día.

Aportar a la creación de un buen clima laboral no es difícil, es cuestión de aplicar ese principio popular de “no hacer a los demás lo que no quiere que le hagan a sí mismo”. Hay algunas reglas de oro que ayudan mucho en la práctica. 

Veamos algunas:

Salude siempre a todos, sin discriminación alguna, y preferiblemente con una sonrisa amable. 

Sea prudente y discreto, en su forma de vestir, de hablar y en sus modales. No hable más de la cuenta ni con volumen que interfiera a otros; no vista fuera de lugar, ubíquese en el espacio y en el ambiente en que se mueve la empresa. No actúe como el “sabelotodo”.

Evite participar de chismes y rumores, por el contrario, trate de cortarlos.

Reserve sus problemas personales y de familia, sólo para su entorno familiar. No está bien que todos en la empresa se  enteren de sus penurias y calamidades domésticas, podría ser que se usen en su contra. 

Evite tratos excesivamente familiares con personas de la empresa y, si surgen relaciones de romance, manténgalo al margen de la empresa. Evite también, formar círculos que puedan ser considerados por otros como excluyentes y sectarios.

No trate de llamar la atención de mala manera. El buen trabajo que usted haga, será observado por otros sin necesidad de que lo publicite en exceso.

Colabore siempre que pueda y sin necesidad de que se lo pidan y, también, sin esperar recompensas por el apoyo que dé.

Aplique todo su esfuerzo para actualizarse y aprender en forma permanente sobre todo aquello que le permita hacer mejor su trabajo y, de paso, progresar y crecer como ser humano.

Mantenga reserva y cuidado extremo con la información confidencial de la empresa. Es la retribución mínima que se espera de usted por el hecho de haberlo acogido como su colaborar.

Utilice el tiempo laboral y los elementos de trabajo, en los asuntos de su trabajo y no en tareas personales, eso es abuso. En particular, el uso del celular para tratar asuntos personales debe evitarlo, sólo se justifica para casos especiales. 

No haga de su escritorio o sitio de trabajo un altar con fotografías de toda su familia y amigos, ni lo atiborre con elementos decorativos fuera de lugar. Consérvelo en orden, despejado y en perfecto aseo.

No hable mal de la empresa ni de sus colegas; sus desacuerdos manéjelos con discreción, en el espacio y con las personas adecuadas.

Los clientes de la empresa merecen la mejor atención posible porque el éxito ella determina, no sólo las posibilidades de conservar y progresar en su trabajo, sino de fortalecer la economía local y regional.

Retroalimente a la empresa con iniciativas que contribuyan a mejorar sus resultados pero, hágalo con las personas y en el momento adecuados.

Credito
MARTHA CRUZ Especial para EL NUEVO DÍA

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