Usted podría pensar que en un mundo tan convulsionado y en un país como el nuestro, con tantos problemas, es difícil ser positivo. 

Y, es cierto, si se analiza la historia se encuentra que son más los tiempos duros que han vivido la humanidad y nuestro país, que las épocas de paz y bonanza y que, en forma sucesiva se tienen razones económicas, políticas, religiosas etc..., que han impedido disfrutar de bienestar y de la anhelada paz.

De otra parte, ser positivo no es cuestión de suerte, es una actitud y un hábito y, por lo tanto, es preciso hacer una revisión a nuestro subconsciente que por mucho tiempo ha venido saturándose de una gran cantidad de mensajes negativos a los que se está expuesto todo el tiempo, sobre guerras, muertes, secuestros, desempleo, robos, malos manejos, entre otros… y hacer una serie de ajustes.  

No obstante, a pesar de las circunstancias adversas, en todo lugar hay personas que han podido aprender a apreciar, agradecer y disfrutar lo que tienen.  

Personas que han aprendido que los detalles pequeños son tan valiosos como los grandes y que para ser feliz no debe esperar hasta cuando se gane la lotería, termine su carrera, se case, compre una casa, consiga un mejor empleo, etc. 

Todo esto puede tomarle mucho tiempo y, si actúa así, estará perdiendo muchas oportunidades para sentirse feliz y, entre tanto, estará proyectando negativismo, frustración y tristeza, y con ello atrayendo similares reacciones de otros. 

Es preciso que cada día se levante con la intención de ser positivo y de sentirse bien, de disfrutar y agradecer cuanto tiene. 

Piense, por ejemplo, cuánto valora la vista quien la ha perdido, cuánto valora su salud quien está enfermo, cuánto aprecia poder desplazarse por sí mismo quien no puede caminar. 

Piense lo que significa no tener un plato de comida para darle a su familia y disfrute la que tiene, en lugar de pelear en casa porque han preparado repetidamente la misma sopa o porque no le gusta el jugo que le sirven. 

Podrá apreciar la belleza de los ocobos y del amanecer, en lugar de maldecir por la basura que esos árboles arrojan, o de lo temprano que debe levantarse; podrá apreciar el placer de contar con familia y con amigos que se interesan por usted.  

Agradezca también si tiene un empleo, aun cuando no sea el que usted quiere o siente que merece, pero piense cuántos están esperando la oportunidad de un trabajo y cuánto significa para una persona y su familia no tener un trabajo y un ingreso, así usted podrá apreciarlo en lugar de renegar todo el tiempo de lo aburrido del mismo y de lo pesado que le toca.

Haga que sus primeros pensamientos cada día sean de aprecio por lo que tiene. Cuando se piensa positivamente, la visión de las cosas cambia y las relaciones con las demás personas es diferente. Concéntrese en pensamientos positivos aún en los momentos difíciles. 

Cuando usted ve la vida con una actitud positiva es posible que pueda identificar más fácilmente las soluciones y oportunidades, y que surjan más y mejores ideas creativas para enfrentar los desafíos y retos que se le presenten. El lente oscuro del negativismo le impedirá advertirlas y muchas oportunidades y personas se alejarán de usted.

Acepte esta recomendación: 

Comience hoy y ahora una campaña de limpieza interior; libérese de rencores, resentimientos y culpas, olvide los malos ratos pasados y errores cometidos, considérelos como experiencias y lecciones aprendidas. 

Quítese de encima esas pesadas cargas que de nada le sirven y enfrente su vida con una actitud positiva.