El vocabulario de cada persona es la sumatoria de palabras, términos o modismos que utiliza para expresar sus ideas. Hay quienes manejan un vocabulario reducido pero tienen fluidez al hablar; otras, también tienen un vocabulario limitado y enfrentan dificultades para explicar o hacer una exposición así sea breve y sobre un tema que conocen. En ambos casos, muy posiblemente van a caer en el  uso reiterado de palabras o en el uso de muletillas que resultan muy molestas para quien le escucha. También hay personas que utilizan en forma frecuente, palabras que denotan ordinariez o vulgaridad, se “comen” vocales y consonantes.  Unos y otros estarán reflejando un pobre manejo del idioma y conseguirán que su conversación pierda interés y aburra a sus interlocutores. 

Lamentablemente son muchos los que no le dan importancia a la manera como hablan. Si cada persona hiciera un análisis sobre su vocabulario y advirtiera sus debilidades y fortalezas, haría un trabajo de inmenso valor para su vida, pues la manera de expresarse verbalmente tiene un peso muy importante en la imagen que proyecta y en la forma como se comunica con los demás.

Para efectos de mejorar su vocabulario y la forma de comunicarse, tenga en cuenta lo siguiente:Piense para hablar. Ordene sus ideas antes de expresarlas. El cerebro funciona a tal velocidad que solo cuenta con segundos para articular sus ideas; no le tema al silencio, prefiera esperar un momento antes que decir boberías.

Repita en voz alta aquellas palabras y términos nuevos para usted. Si es posible escríbalos y luego indague su significado, así enriquecerá su vocabulario. 

No diga palabras cuyo significado no conoce, solo porque le suenan bien, puede hacerlo parecer ridículo.

No utilice palabras técnicas para hablar con un público que no las maneja. Explíquelas en otros términos.

Hablar con palabras rebuscadas no es sofisticación ni muestra de una basta cultura. Hágalo de manera clara y comprensible.

Procure aprender una buena cantidad de sinónimos y antónimos, eso enriquecerá su comunicación y hará grata su conversación.

Escuche con atención a los demás, y especialmente a quien le pueda aportar para enriquecer sus conocimientos. 

Lea, lea, lea, tome nota de las palabras que desconoce e indague su significado. Es la mejor manera de tener un amplio dominio del idioma. 

Controle su inclinación a utilizar palabras vulgares, ofensivas o agresivas. Respete a sus interlocutores y, si ellos lo hacen, usted no tiene por qué hacer lo mismo. 

Evite utilizar los diminutivos cuando no son indispensables. Por ejemplo: No diga que tiene una casita en lugar de decir que tienen una casa. 

Pronuncie todas las letras de la palabra; diga computador,  contabilidad, verdad, septiembre, en lugar de decir computaor, contabilida, verda o setiembre; diga ICFES e ICETEX en lugar de IFES e ICETES.   

Evite la reiteración de expresiones como: Entonces, o sea, mejor dicho, ¿verdad?, de verdad, verdaderamente, realmente, en realidad, en realidad de verdad, ¿cierto?, ciertamente, por decir lo menos, por decirlo de algún modo, vale la pena, sin duda, indudablemente, etc, etc. Todas estas son palabras y expresiones que suelen repetir en exceso y que no suelen significar nada y, en cambio, denotan inseguridad y aburren al interlocutor.

 Usted no tiene que ser un académico para manejar un buen vocabulario, solamente necesita ser consciente de lo importante que manejar bien el lenguaje y con ello motivarse a cultivarlo. Es positivo para su desempeño familiar al poder apoyar a sus hijos y parientes en las tareas del colegio; en su vida social  el buen manejo de idioma facilitará su interrelación y hará más agradable su compañía y, en la vida profesional le ayudará a ofrecer una imagen positiva y ganar credibilidad.