El arte de convivir

TOMADA DE INTERNET-EL NUEVO DÍA
Vivir en comunidad ya sea en el barrio, la oficina o la familia, requiere que permanentemente revisemos nuestras actitudes para hacer los ajustes del caso y así poder aportar a la construcción de un mejor entorno y con ello de nuestra calidad de vida.

Vivir en comunidad ya sea en el barrio, la oficina o la familia, requiere que permanentemente revisemos nuestras actitudes para hacer los ajustes del caso y así poder aportar a la construcción de un mejor entorno y con ello de nuestra calidad de vida. 

Va una invitación a que:

* Aprendamos a comunicarnos. Pero una comunicación en doble vía, donde escuchemos y podamos hablar. La convivencia requiere del diálogo, es la única manera de arreglar desacuerdos, solucionar problemas, encontrar respuestas, aclarar dudas y propiciar mejores ambientes.

* Aprendamos a interactuar. Entendamos que el respeto es la base de una buena relación. La cortesía, los buenos modales, saludar, sonreir, agradecer,  respetar los derechos de los demás y tener en cuenta los sentimientos,  gustos y disgustos de otros y no sólo los propios intereses, son la mejor forma para vivir en  condiciones más  sanas y gratas. 

* Aprendamos a no agredir. No es posible que tengamos tan poca capacidad para discutir sin insultar; criticar sin lastimar, reclamar sin injuriar, jugar sin  hacer trampa ni lastimar. Es necesario transformar toda esa agresividad, que lastimosamente se observa con mucha frecuencia en el ser humano, en sentimientos positivos que conduzcan a construir en lugar de destruir.

* Aprendamos a decidir en grupo. Parece muy difícil de poner en práctica, y es el origen de casi todos los problemas de la sociedad. Lo que más gusta es imponer, presionar y  obligar. Aunque suene a utopía, es preciso aprender a concertar, a conciliar intereses para llegar a acuerdos que favorezca a la mayoría y sobre todo a aceptar las decisiones que se acuerden. Por su dificultad para lograrlo se debe trabajar en ello desde el interior de la familia, del barrio, la empresa, hasta que se llegue a convertir en una cultura. 

* Aprendamos a cuidar. Cuidar no sólo nuestras cosas, cuidar también el entorno, recordemos que no todos los recursos son renovables y que es nuestra obligación hacer que las generaciones que vienen, encuentren similares o mejores condiciones de las que hoy tenemos. Ya vivimos las nefastas consecuencias de la depredación que hemos causado a nuestro entorno, así que cuidemos el agua, los bosques, los prados, no arrojemos la basura al piso, no consumamos más energía de la indispensable, no gastemos papel sin medida. Todo esto ello nos beneficia a todos. 

* Aprendamos a valorar. Apreciar lo que tenemos y lo que somos contribuye a elevar la autoestima y facilita una amable convivencia. Dar importancia a los demás, reconocer sus méritos y logros, no subestimar el conocimiento de otros, estimular el liderazgo, la iniciativa, la creatividad y la innovación, son requisitos indispensables para que una sociedad crezca, construya  y progrese.     

Es, entonces, momento oportuno para aprender o re-aprender todo aquello que pueda ser útil para desarrollar y fortalecer la Convivencia Social, ésa que tanto necesita nuestra sociedad y que, con frecuencia, se queda en el discurso y en los buenos propósitos.         

Credito
MARTHA CRUZ Especial para EL NUEVO DÍA

Comentarios