Más no siempre significa mejor

TOMADA DE INTERNET-EL NUEVO DÍA
Podría pensarse que siempre que tenemos más u ofrecemos más de algo es mejor, pero no siempre es así. Es preferible que lo que ofrezcamos o tengamos sea lo adecuado. Y aquí es válido recordar el significado que de esa palabra se encuentra en el diccionario.

Podría pensarse que siempre que tenemos más u ofrecemos más de algo es mejor, pero no siempre es así. Es preferible que lo que ofrezcamos o tengamos sea lo adecuado. Y aquí es válido recordar el significado que de esa palabra se encuentra en el diccionario. Adecuado: Que se acomoda a otra cosa o es apropiado para determinado fin, uso o acción. Por ello todo exceso llega a incomodar, o hacer perder la belleza de lo sencillo y la armonía. 

Por ejemplo:  

Es grato escuchar elogios y reconocimiento por logros alcanzados o cualidades que se tengan, pero es preciso cuidar de no sobrepasarse al momento de hacerlos pues puede llegar a fastidiar y hacer sentir mal a la otra persona en lugar de gratificarlo. 

Es positivo expresar afecto, compromiso y atención por los amigos, pero se debe evitar abrumarlos con llamadas, visitas, regalos, invitaciones que pueden incomodarlos, entre otras porque podría ser que no estén en capacidad o disposición de corresponder de similar manera.  

Su escritorio refleja mucho de la personalidad. Es agradable un toque decorativo en él, pero un escritorio donde encima del computador se pega la florecita, el osito, la tarjetica que le dieron de cumpleaños, y una sobrecarga de fotografías familiares convierte el sitio de trabajo en una vitrina que puede resultar de mal gusto.

La joyería o bisutería pueden contribuir a lucir bien, pero una mujer que se pone anillos en cuatro dedos de cada mano, múltiples pulseras en cada brazo, collar, aretes, hebillas, anillos en el dedo del pie y pulsera tobillera, dará la apariencia de que esté vendiendo mercancía. 

El maquillaje ayuda a corregir imperfecciones y permite realzar la belleza,  pero cuando se aplica exceso base, sombras, rubor, colorete y pestañina, podría verse como con una máscara. 

Quien escribe utilizando un exceso de palabras y especialmente adjetivos para trasmitir sus ideas, como por ejemplo: “por medio de la presente me permito dar respuesta a su amable y gentil oficio recibido el pasado mes de enero”... y para completar concluye diciendo: “sin más por el momento me despido de usted atentamente”, hace que quienes reciben sus misivas se fatiguen al leerlo y lo encuentren rebuscado.

Así mismo, quien habla en exceso o utiliza demasiadas palabras para expresar una idea, fatiga al interlocutor. Es suficiente con decir que algo es muy bello, pero decir que algo es precioso, demasiado divino y hermoso, suena a exageración y sus palabras pierden credibilidad. 

Quien se aplica demasiada loción también llega a incomodar, aun cuando sea la más fina y costosa.

Aquellos o aquellas que son tan cariñosos y les gusta dar besos, abrazos y arrumacos en público y exagerar en sus expresiones de cariño, se convierten en unos melosos que resultan fastidiosos. Es bueno ser generoso al expresar afecto, pero el exagerar llega a incomodar.  

Un evento entre más elegante es, más sencilla es su decoración. Es mejor menos y de buen gusto, que una gran cantidad de adornos que le son ofrecidos al anfitrión por un decorador que lo único que pretende es sacarle más dinero. Igual, al servir una comida. Es mejor atender a los invitados con un plato con porciones moderadas pero bien preparado, que lo puedan disfrutar,  que un plato trifásico con porciones exageradas donde incluso la sola presentación del plato es desagradable.    

En la decoración de la casa ocurre igual. Menos es más, tanto adorno, mueble, colección, plantas y planticas, llegan a congestionar y deslucir un ambiente y, por supuesto, se hace más difícil el mantenimiento. No hay necesidad de desplegar todo a la vez, guarde por temporadas algunos elementos decorativos y muebles, así puede renovar.

Revise si usted cae en algunos de los excesos anotados, es un buen consejo que se justifica poner en práctica. 

Credito
MARTHA CRUZ Especial para EL NUEVO DÍA

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