¿Está usted preparado para tutear?

TOMADA DE INTERNET-EL NUEVO DÍA
La pregunta puede parecer tonta, pero no lo es. Los mayores de 40 años posiblemente rieron a carcajadas con un programa de televisión llamado “Yo y Tu”, que permaneció por muchos años y logró una enorme audiencia.

Su  personaje principal era llamado Don Chinche, un obrero sabelotodo que, entre otras cosas, se hizo famoso por el manejo de un lenguaje campechano adornado con una gran cantidad de refranes, dichos populares y, muy especialmente, por su forma de tutear que era todo un chiste, a tal  punto, que en la calle y en reuniones era frecuente hacer bromas con este asunto. Don Chinche tuteaba a quien no debía, lo hacía muy mal y solía decir cosas como: ¿Y al Doptor cómo te va? ó, Usted si que me gustas; o, Señora, me permite tu atención?, ¿Te acompaño a su casa?, entre otros. 

Es cierto que el programa exageraba para divertir y ubicaba al personaje como alguien de un nivel popular, pero la realidad es que el mal uso del tuteo es muy frecuente y se observa aún en otros niveles. El problema surge porque a muchos les parece que es más elegante tutear y creen que hacerlo les da estatus, por ello, aún sin saber cómo, lo hacen y así el resultado es que, además de sonar chistoso delata un nivel cultural muy precario; por tanto, es bueno conocer algunas reglas elementales relacionadas con el tuteo y aplicarlas cuidadosamente.

Cabe señalar en primer lugar, que hay regiones del país, como en la costa, donde tutear es algo tan generalizado que lo hacen todos de manera espontánea y no tiene connotación de cercanía, amistad, diferencia de jerarquías o respeto entre los interlocutores; allí tutea el obrero a su jefe, el desconocido a quien encuentra en cualquier lugar, el estudiante a su profesor o al abuelo de sus amigos, etc. 

Pero, hay otras regiones del país, el interior por ejemplo, donde tutear tiene algunas implicaciones y exigencias que se espera que todos respeten, a menos que se arriesgue a dejar una mala impresión. Así que si usted no vive en la costa, es mejor que conozca y practique algunas reglas muy sencillas, de lo contrario puede quedar como inculto o confianzudo. Veamos:

Tutear implica cierto nivel de confianza y sólo se tutea a personas de su familia, a sus amigos o a sus pares en cuanto a posición. La gente mayor o con cierta jerarquía no será tuteada por personas de menor edad o jerarquía, a menos que sean explícitamente invitadas a hacerlo; así, el empleado o el alumno, no tutean a su jefe o a su profesor. No tutea el aspirante a un empleo a quien lo entrevista y acaba de conocer y, mucho menos al jefe, a quien conoce si logra conseguir el empleo, ni al Presidente de la empresa cuando lo saluda ocasionalmente. 

No tutea el estudiante al Rector del Colegio o de la Universidad con quien departe en forma excepcional. Tampoco se espera que el empleado del restaurante o el dependiente de un almacén tutee al cliente que llega; ni el funcionario a la persona que le pide información en la ventanilla o por teléfono.

Adicionalmente, sólo debe tutear quien sabe hacerlo bien, esto significa que puede sostener el tuteo en forma consistente, de lo contrario es mejor no exponerse porque, como ya se dijo, no solo suena chistoso, sino que lo deja mal plantado por cuanto pone en evidencia su mal manejo del idioma y el desconocimiento del protocolo que exige el asunto. 

En tal caso, es mejor que no se exponga, mantenga el uso del usted y así se asegura de no equivocarse ni molestar a alguien.

Posible hay quienes piensan que todo esto es anticuado, ridículo o pasado de moda, y así podría ser, pero el punto es que mantiene su vigencia y el mal uso del tuteo causa una pobre imagen y, dejar una buena impresión, es algo que debe interesarle siempre.

Credito
MARTHA CRUZ Especial para EL NUEVO DÍA

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