Sea cortés como comprador

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Con frecuencia se hace referencia sobre las fallas que se observan en la atención al cliente y también se registran recomendaciones para mejorar las habilidades de quienes realizan tales tareas.

Sin embargo, son pocas las ocasiones en que se comenta sobre el trato poco cortés que muchos compradores le dan a quienes los atienden. Aquí también hay que mejorar, el buen trato es de doble vía, y no se puede esperar una buena respuesta de un empleado cuando se es displicente o grosero al dirigirse a ellos.  

Es preciso reiterar que tener el dinero para comprar, no autoriza para ser arrogantes y descomedidos con los vendedores.

El no saludar es una mala costumbre y el hacerlo debe convertirse en un hábito. Decir buenos días o tardes no le quita tiempo ni le cuesta, es cuestión de respeto por el otro. 

Si bien para muchos es un programa ir a curiosear a los almacenes recuerde que si no va a comprar no debe entretener a los vendedores por tanto tiempo haciéndolos sacar una cantidad de mercancía que sabe no comprará.  

Sea respetuoso para pedir rebajas. Existe el hábito de pedir rebaja y no hay problema en hacerlo, si se hace con consideración. No obstante, hay compradores que en cambio de admitir que no les interesa comprar o que su presupuesto no alcanza, optan por pedir rebajas irrespetuosas.  

Muy especialmente sucede con productos artesanales, debido a que son muchos los que no valoran adecuadamente el enorme trabajo manual y creativo que hay detrás de ellos, y ofrecen sumas irrisorias. 

Usted puede hacer las observaciones que considere del caso sobre los productos, pero ser agresivo con los vendedores no resuelve el asunto, puesto que ellos por lo general no tienen que ver con la funcionalidad o la calidad del producto. 

Haga los reclamos con quien corresponda. Los vendedores cumplen órdenes al no hacer los cambios o devoluciones en determinados días u horas y no los puede culpar por no responder a sus solicitudes o deseos.     

Cuando se mida la ropa cuide de no enmugrarla. Y no se moleste si se les reclama. Si reserva algún artículo vuelva por el o avise que ya no lo requiere, recuerde que con ello puede limitar la venta del mismo a compradores serios. 

Igualmente, si reserva una mesa en un restaurante llegue a la hora acordada, no espere que se la guarden indefinidamente. Revise bien el plato que va a solicitar, y si no tiene claro pregúntele al mesero, pues el que no le guste no es motivo para posteriormente insistir en que se lo cambien. 

Los comportamientos anteriores deben evitarse porque constituyen una clara demostración de desconsideración e irrespeto con los demás y, no sólo causan malestar a otros, sino que proyectan muy mala imagen de sí mismo; con certeza, cuando regrese a ese establecimiento, lo observarán con prevención y tratarán de evitarlo o no lo tomarán en serio.

Credito
MARTHA CRUZ

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