Su genio y las relaciones personales

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Difícilmente usted puede disfrutar de sus actividades y contribuir a que se logre un entorno amable en su casa o en el trabajo si es malgeniado y no controla su temperamento, o si no es capaz de entender que las personas pueden fallar, pero que pueden corregir y prevenir faltas si se les ayuda a identificarlas con serenidad y con la orientación adecuada.

Hay quienes piensan que ser duro, arrogante, destructivo, descalificador y déspota es necesario para afirmar una  personalidad fuerte, para demostrar que se tiene carácter y para ganar respeto. También existen quienes piensan que esa es la mejor forma de ejercer la autoridad como jefe, como padres o como superiores. Quienes así piensan, están muy equivocados; con ello tan solo logran amargarse a sí mismos y amargar a los demás, además de crear un entorno difícil y ganarse la imagen de ogro, gruñón y fastidioso.

Los “malhumorados” y los “malgeniados” harían bien en preguntarse qué ganan cargándose de malos sentimientos, si con ellos se hacen daño a sí mismos principalmente, no sólo porque afectan su salud y como mínimo se ganarán una úlcera y muchas arrugas, además de que amargan la vida a otros. Ese tipo de comportamiento se nota de inmediato a través del lenguaje, del tono de su voz, sus gestos y sus miradas;  afectan en forma negativa su relación con el entorno y, por supuesto,  deterioran la imagen que otros se hacen de usted, y serán muchos quienes prefieren mantenerse a distancia para no ser víctimas de ese tipo de actitud.

Entre tanto, muy seguramente usted se queja de que tiene pocos amigos, de que se mantiene muy solo o sola, que no lo quieren, que no le colaboran... etc. Entonces, pregúntese y responda con sinceridad, si ésto no es el resultado de comportamientos que bien pudiera cambiar, con la certeza de que las cosas podrían mejorar. Por supuesto que implica hacer un esfuerzo consciente, y persistente, pero puede tener la certeza de que los resultados premiarán ese esfuerzo.

Dispóngase, a observar su entorno desde otra perspectiva. De entender a los demás que los respeta y aporte al menos comprensión, orientación y un tono amable, con la certeza de que ellos le retornarán con creces;  y, recuerde, es válido trabajar para que las cosas, las situaciones y las personas cambien y mejoren, y a ello no puede renunciar, pero es inútil amargarse la vida y amargar a los demás, porque las cosas y los otros no son como usted quiere que sean o no piensan como usted lo hace.

Dejemos entonces tres propósitos para trabajar: 

Evite el “malhumor” y el “mal genio”: sólo le generan úlceras, arrugas y mala imagen.

Ríase de usted mismo y así sea en secreto, admita sus errores y esfuércese por no repetirlos.

Ayude para que otros disfruten su tiempo en el trabajo, en el hogar, en su entorno y con ello dé ejemplo para que los otros hagan lo mismo. Así, su vida y la de quienes le rodean será mucho más grata.

Credito
MARTHA CRUZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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