Evite actuar como sabelotodo

COLPRENSA - EL NUEVO DÍA
La gran acumulación de conocimiento e información que existe y la velocidad con que avanza la ciencia, la tecnología y los medios de comunicación, hacen imposible que una persona sepa todo sobre todo y ni siquiera que sepan absolutamente todo sobre un tema específico.

Ello explica la creciente especialización y, aún la súper especialización, que algunos consideran mala, pero que es una necesidad impuesta por la realidad que vivimos.

Por eso, las personas que actúan como si supieran de todo o como si se las supieran todas, con mucha frecuencia causan rechazo, ya que se advierten como fastidiosos y arrogantes. Por lo tanto es imperativo reconocer el límite de sus conocimientos. Admitirlo es un acto de honestidad que todos aprecian y que, además,  le evitará problemas.

De otra parte, pontificar sobre cualquier cosa, o aparentar que sabe algo que desconoce, más temprano que tarde lo hará quedar mal, porque muy seguramente cerca de usted habrá alguien que sí sabe y lo pondrá en evidencia. Peor aún, si logra que confíen en que sabe algo y no es así; ello lo puede llevar a lesionar su credibilidad, a causar serios problemas y acaso pérdidas irreparables para usted y para otros.

La clave es admitir que no sabe, o que sus conocimientos son incompletos  sobre uno u otro asunto, usted no se debe sentir mal por ello. Consulte a quienes manejan mejor el tema, por ello cabe afirmar que lo importante es saber quién sabe lo que usted no sabe y, en todo caso, consultar en fuentes idóneas.

No subestime el conocimiento de los demás, así la otra persona tenga menor escolaridad que la suya, algunos empíricos tienen mucho que enseñar; igualmente, escuche las opiniones de los jóvenes o de los muy mayores, no los desestime porque tienen poca experiencia o vivieron otras épocas, ellos pueden ofrecer puntos de vista diferentes sobre el asunto.

Por lo general, quienes creen saberlo todo son malos interlocutores,  pues centran su atención en lo que van a decir después de que termine de hablar la otra persona, si no es que la interrumpen. Ni siquiera les interesa comprobar lo que creen haber oído o interpretar los gestos.

Independiente de  cuanto usted sepa, considere que otros pueden saber más que usted, escúchelos. El presentarse como un sabelotodo genera un clima poco positivo en la conversación y en sus relaciones interpersonales, su actitud seguramente generará rechazo. Recuerde que el saber poco o no saber de algo no debe afectar su autoestima, más bien es una oportunidad para aprender y aprovechar el conocimiento de los demás.

Credito
MARTHA CRUZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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