Cuando se habla con tanta frecuencia sobre globalización, resulta especialmente importante conocer las fórmulas de cortesía y de comportamiento en otros países. 

Los ejecutivos hoy viajan con mucha frecuencia fuera del país y no es extraño que en la gestión de la empresa deban atender personas que proceden de muy diversos países y culturas, algunas de ellas con gran reverencia por el protocolo y los rituales, como Japón y China, entre otros. 

También, quienes viajan a estudiar o trabajar fuera del país, o emigran en busca de mejor suerte.

En todos los casos es imperativo prepararse para entender a los demás y convivir en otros medios, a veces muy diferentes. 

Conocer cuáles son las costumbres básicas del país que visitará o las del país de origen de la persona que nos visita, ayudarán a dejar una buena impresión; además, evitará que incomodemos a la otra persona o que, actitudes de los visitantes que pudieran ser extrañas, nos sorprendan.

La forma de comportarse de las personas corresponde a su propia cultura, es decir, a la cultura de su lugar de procedencia y, si bien algunas actuaciones se han vuelto universales, son muchas las que conservan sus particularidades. 

Por ejemplo, sorber o hacer ruido al tomar la sopa se considera pésima educación en los países occidentales pero, en algunos lugares de Asia, no es así. 

En China escupir en el piso no es extraño, mientras para nosotros es algo repulsivo y en Japón no es correcto tocar a las personas, mientras que aquí es muy normal abrazarlas al momento de conocerlas.

Conviene tener presente que la concepción del tiempo, el valor de la relación personal, la vestimenta, las distancias personales, las presentaciones y los saludos, el intercambio de tarjetas, las comidas y, hasta la forma como se toman las decisiones, cambian apenas se cruzan las fronteras.  

Incluso, no hay que salir de Colombia para encontrar diferencias significativas; es así como las formas de actuar son diferentes en unas y otras regiones del país. 

Es así como algunas personas de la región central observan, a veces con incomodidad, el tuteo inmediato de los costeños, su informalidad, o la manera bulliciosa como suelen comunicarse.

Hacer negocios dentro del propio país no es sencillo, cuánto más hacerlos afuera. En consecuencia, hoy, el conocimiento general sobre los países y sus costumbres, forma parte de la etiqueta de negocios mundial; por eso, tenga en cuenta que antes de participar de alguna feria internacional o recibir misiones extranjeras, es necesario informarse lo más ampliamente posible. 

Las nuevas tecnologías cambiaron mucho las relaciones comerciales, pero no abolieron las costumbres. 

En los negocios, también la primera impresión suele ser muy importante y conviene tener presente una frase de Peter Drucker sobre la cortesía: 

“Es el lubricante de una organización. Una ley de la naturaleza dice que cuando dos cuerpos en movimiento entran en contacto, se produce una fricción”.

“Es un principio tan aplicable a los objetos inanimados como a los seres humanos. La cortesía permite que dos personas puedan trabajar juntas, sientan o no agrado una por la otra”.