El rumor malsano

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Es necesario reiterar sobre lo negativo que resulta la costumbre malsana que se presenta en las organizaciones, grupos sociales o equipos de trabajo, de circular rumores que llevan información negativa y mal intencionada sobre alguien o algo; lo que comúnmente llamamos “chisme”.

Es un tipo de comentario que suele darse “bajo la mesa” y que por lo general al transmitirlo se inicia con un “a mí no me consta, pero dicen que…”,   incluso,  se dice hasta con un tono de voz especial y con frecuencia va acompañado del famoso “no es para sostenerlo” o “que no salga del país”.

Este tipo de información es favorita entre algunas personas que llegan a convertirse en famosas dentro de un grupo por ser fuente de tales rumores, aunque nunca tienen cómo sustentarlos y se escudan en el “me dijeron” o “por ahí andan diciendo”.

Con frecuencia son personas con baja autoestima, envidiosas y que disfrutan morbosamente el placer de transmitirlos. Son personas que se especializan en el oficio y luego se ofenden cuando las llaman chismosas. 

Debemos diferenciar entre información y “chisme”; en el primer caso es comunicar sin el ánimo de ofender, sobre algo que ocurre o ha sucedido y que aunque de alguna manera sea negativa es una realidad. El “chisme” por el contrario, lleva una mala intención y puede causar daño en la honra de una persona, en el concepto sobre un grupo, o en la imagen de una empresa.

Este tipo de información malsana e irresponsable puede contribuir a dañar la relación entre las personas,  afectar negativamente el ambiente laboral en las organizaciones y disminuir su productividad, acabar con una buena imagen, e incluso acabar con empresas, por exagerado que parezca.

En consecuencia, la recomendación es:

*  Promover la comunicación permanente por los canales adecuados, tanto en la familia como en la empresa y la sociedad en general, de esta manera sus miembros conocerán la versión real del asunto.

*  No celebrar a los “chismosos” ni prestarles demasiada atención, es posible que esta actitud los desaliente a continuar con su práctica.

*  No divulgar asuntos confidenciales que lesionen la imagen de la empresa para la que trabaja, especialmente si no conoce bien del asunto. Este comportamiento lo proyecta como una persona desleal y poco comprometida.

*  Si no está seguro sobre algo es preferible no decirlo. Piense antes de hablar, sobre todo si ello puede afectar la honra de una persona u organización. Inclusive, aún si tal información es confirmada, por consideración y respeto con los implicados, es preferible que se abstenga de circular esa información, que causa daño a otros y, en general, no es de su incumbencia.

*  Respete la vida privada de las personas.  Aunque no esté de acuerdo o le parezca  extravagante, no se sienta con autoridad para divulgar lo que usted sabe, máxime si la transmite con sarcasmo o morbo.

*  Sea reservado con sus asuntos personales. Ponerlo en oídos de quienes no les compete puede dar origen a interpretaciones incorrectas.

*  Antes de reclamar airadamente sobre algo que dijeron, busque la fuente. Documéntese si duda sobre alguna información, puede igualmente caer en la trampa del “chismoso”.

Credito
MARTHA CRUZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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