Renueve su forma de relacionarse

¿Le gustaría que lo trataran amablemente? Claro que sí, nadie dirá lo contrario. Sin embargo, ¿tiene idea de cuántas personas, de aquellas que trata a diario, se sienten molestas por la forma como usted se dirige a ellas?

Con frecuencia se reclama la falta de amabilidad de la gente con quien se relaciona en escenarios como: las oficinas públicas, entidades prestadoras de servicios de muy diverso tipo, almacenes, restaurantes y cafeterías.

Y está bien hacer tales observaciones, y mejor aún si se convierten en reclamos formales y detallados, dirigidos  a quien corresponde; no obstante, es preciso reflexionar sobre cómo se comporta usted con los demás.

Analice los siguientes comportamientos de su vida diaria y la respuesta que obtenga le ayudará a introducir los correctivos que requiera.

•Saludo en tono amable cuando entro a un sitio.
•Respondo el saludo que me dan los demás.
•Utilizo expresiones descomedidas para hacer reclamos.
•Siempre respeto el tiempo de los demás.
•Llego cumplidamente a las citas.
•Atiendo a las personas a la hora acordada, sin hacerlas esperar.
•Aprovecho el conocer a quien atiende para que me despachen de primero, aunque otros hayan llegado antes.
•Ofrezco la silla, o el puesto en una fila, a una persona de edad o a una señora embarazada.
•Cuento lo que escucho sin saber si es cierto o no.
•Critico a los demás sin fijarme en mis propias fallas.
•Hay que ser fuerte aunque parezca muy agresivo.
•Soy generoso para dar las gracias.
•Soy expresivo para reconocer los logros de otros.

Cambiar a los demás no es cosa fácil, ni siquiera aquellas personas con quienes convive diariamente en su familia y, así le fastidien muchos comportamientos de los demás, tiene que tolerarlos; pero es importante recordar que, por lo general los demás lo tratarán a usted de la misma forma como usted los trata a ellos. 

Si da agresividad, recibe agresividad, si ofrece una sonrisa recibe amabilidad, y así sucesivamente. Por lo tanto,  si quiere una familia, unos compañeros de trabajo o unos vecinos más cordiales, deberá esforzarse para actuar de manera respetuosa y amable, pues su ejemplo y persistencia puede inducir el cambio en otros, así sea poco a poco.

Los comportamientos positivos deben ser lo normal y no sólo en las relaciones con  amigos y familia; tratar bien a los demás debe ser una constante. Entre más alto sea su cargo o jerarquía, su responsabilidad social será mayor y deberá dar ejemplo a sus subalternos.

Es época propicia para reflexionar, piense cómo es el trato que usted le da a los demás; cómo es el vocabulario que usted maneja y cuáles sus gestos. Tal vez la forma dura de mirar, el tono fuerte y autoritario de su voz y las palabras agresivas que utiliza generan en los otros respuestas similares. Recuerde que la comunicación no verbal dice mucho más que las palabras.

Si siente que las demás personas no son tan  amables con usted como quisiera, pregúntese cómo es la forma en que usted se relaciona, es posible que sea usted quien propicia esos comportamientos.

Credito
MARTHA CRUZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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