El aporte del Maestro de Ceremonias

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
La actuación de un presentador en un evento reciente me lleva a reiterar sobre este tema.

Conducir un evento de manera adecuada, con sobriedad y elegancia, es una tarea tan importante que muchas veces su habilidad o su falta de experiencia pueden malograr o salvar la actividad.

En nuestro medio no son muchas las personas que dominan ese oficio, por lo cual, a veces ponen en aprietos a los organizadores de eventos para encontrar quién preste tal servicio. 

No es suficiente con haber estudiado comunicación o ser un buen periodista, la tarea que desempeña un presentador es especializada y requiere conocimientos, destrezas, habilidades y características personales muy particulares.

Para hacer una buena presentación es preciso tener en cuenta lo siguiente:

• Con suficiente anticipación haga el encuadre con los organizadores para tener toda la información que se requiere sobre los oferentes, el por qué de la actividad, el programa del evento y los invitados especiales cuya presencia deben destacar. Es lamentable cuando se equivocan con los nombres de los oferentes o se advierte desconocimiento del programa previsto.

• Hable claro, vocalice adecuadamente y cuide el tono de voz, ritmo y velocidad pero, sobre todo, maneje un vocabulario amplio. En muchas ocasiones un manejo pobre del español y la falta de solvencia en el uso de sinónimos, los hace caer en repeticiones constantes de palabras comunes.

• Aplique el protocolo con rigor. Es indispensable que conozca las precedencias para que al mencionar a los invitados especiales lo haga en el orden correcto y dé a cada uno el tratamiento que le corresponde de acuerdo con el rango o la jerarquía que tenga en el marco del evento. Es un error muy común no aplicar las normas establecidas al respecto.

• Controle el tiempo. El presentador debe hablar de manera breve y sobria. No es correcto tomarse el tiempo de los expositores con extensos relatos, elogios, frases largas, términos rebuscados o saludos prolongados.

• Si se trata de un evento en el que hay ponentes, expositores o panelistas, cuide que la reseña con que los presenta sea suficiente pero breve, no se trata de leer sus hojas de vida. Tampoco corresponde al presentador hacer comentarios sobre la intervención, esa es tarea de quien modera.

• El presentador es la persona encargada de conducir la actividad y poner en contacto a los participantes con el público, pero de ninguna manera es el artista principal del evento; tampoco procede asumir como animador introduciendo chistes o historias fuera de lugar.

• Asegúrese de que su presentación personal es la adecuada. Por lo destacado del papel, un buen presentador o presentadora deberá llevar el traje pertinente para el evento, sin estar sobrevestido, pero tampoco puede mostrar descuido o falta de nitidez en su vestuario ni en su apariencia.

• Prepárese para sortear los numerosos imprevistos que suelen ocurrir en los eventos. Le corresponde responder con agilidad a los cambios de última y evitar que se evidencien fallas que se puedan presentar. Demuestre su agilidad mental.

• Manejar unos buenos modales, ofrecer un rostro amable son parte de su tarea. Es vital el cuidado de su  comportamiento, desde la forma como saluda, los tratamientos y la forma de conducirse; toda la comunicación verbal y no verbal del presentador engalana y contribuye a un mejor recibo del evento por parte del público.

A quienes se desempeñan en la destacada tarea de ser presentadores de eventos, les recomendamos acoger el siguiente mensaje: 

“La brevedad es la hermana del talento”. Antón Chejov.

Credito
MARTHA CRUZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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