Pero, si su determinación duró solo mientras los escribía, o su entusiasmo le alcanzó únicamente para trabajar en ellos durante muy poco tiempo, deberá tomar medidas para que cuando culmine 2015 se sienta mucho mejor por haber avanzado hacia lo que quiere lograr en su vida personal, profesional o familiar.

Frente a ello, la buena noticia es que: En el logro de sus metas usted es la única persona que puede liderar la consecución de las mismas y hacer que ellas sucedan. Dejar las cosas al azar o esperar milagros, no funciona.

De otra parte, es preciso tener en cuenta:

• Que la motivación al logro la debe encontrar en usted mismo. La realidad es que somos cada uno quienes nos provocamos las emociones. Y como señala Rafael Santandreu en su libro Las gafas de la Felicidad: Basta de echarle la culpa a los demás o al mundo de nuestra infelicidad.

El autor del libro recomienda, a su vez, el cambio de algunas pautas mentales, como ser racional al momento de fijar los propósitos en la vida. Es preciso considerar el tiempo en que se pueden alcanzar; la posibilidad de contar con los recursos mínimos necesarios para su logro y tener la gobernabilidad sobre aspectos necesarios para avanzar en los mismos. Hay que recordar que todo tiene su proceso y que se debe encontrar la satisfacción en el camino a ellos y no solo cuando alcanza la meta.

• Uno de los puntos en que se debe hacer el mayor esfuerzo es en combatir el aplazamiento o dilatación continua del inicio y logro de sus cometidos, en otras palabras “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.

Es preciso hacer que las cosas pasen. Si no hace, es posible que cada año registre los mismos propósitos y que sus logros sean tan escasos que se sienta frustrado.

Por lo anterior, se justifica que incluya entre sus primeros propósitos el dejar de darse excusas, como no levantarse temprano por la lluvia o no ir a un sitio por el calor. 

Debe también evitar ocupar su tiempo en actividades que poco o nada aportan a su cometido, como pasar muchas horas visitando páginas en internet sin un propósito definido, dedicar mucho tiempo a la lectura de asuntos banales, o hacer siestas demasiado largas, entre otras.

También deberá esforzarse por hacer algunas tareas aunque no le gusten, es posible que de ellas dependa su productividad y el logro de sus objetivos, como hacer un curso para manejar un programa de computador que le facilita el trabajo; organizar su oficina o sus archivos, lo cual seguramente le ahorrará tiempo.

Basados en la experiencia del año que termina, posiblemente la mejor recomendación es que, para el 2015 se imponga no más de dos o tres propósitos, que dedique más esfuerzo a precisar las acciones que debe acometer y que verifique con frecuencia sus avances. 

Todo ello, con mucho sentido de la realidad pero sin dejar de imponerse desafíos significativos que le impliquen crecimiento y certeza de que, durante el proceso y al final, le dejen la grata sensación de que fue capaz de cumplir.

Feliz Año para todos. Que los momentos gratos y las buenas noticias se multipliquen a lo largo de todo el 2015.