Comportamiento en la iglesia

Un templo o iglesia es un sitio especial reservado para la oración y el encuentro con Dios; en él se deben tener comportamientos respetuosos que correspondan al lugar.

Infortunadamente, con frecuencia se olvida cuál es el significado de ese espacio y la razón de asistir a una ceremonia. 
La iglesia no es un lugar de entretenimiento, por ello es conveniente recordar cómo, tanto las personas adultas como jóvenes y niños, deben comportarse:

• Vístase adecuadamente. Con la forma como se viste exprese que reconoce dónde está y ante quién se presenta. Ir a un paseo, una fiesta o un funeral son actividades que requieren atuendos diferentes, igual sucede cuando va a la iglesia, no hacerlo, hará que otros lo califiquen como “desubicado”. 

Su traje es una muestra de respeto, la informalidad no debe llevar a asistir con minishorts, microminifaldas o escotes demasiado pronunciados; la iglesia no es una pasarela.

• Apague el celular antes de ingresar. Es lamentable escuchar los timbres de los teléfonos y observar las personas que sin sonrojarse los contestan y hablan durante la misa. Si está pendiente de una llamada urgente es mejor que no entre.

• Guarde silencio. La iglesia es un sitio de recogimiento y oración. Deje las conversaciones para cuando salga de la misa.

• Los niños. Considere la edad de los pequeños para llevarlos a la iglesia. Los menores de cinco años aún no comprenden el sentido de la actividad, no es fácil mantenerlos quietos y con su llanto, gritos, carreras y movimiento interrumpen la concentración y distraen a los demás.

• A los niños más grandes es preciso irles creando conciencia sobre lo que significa el lugar. Si los padres quieren que crezcan en la fe, deberán enseñarles lo que ello implica y a qué van; con su buen ejemplo irán aprendiendo.

• Los padres deberán estar más atentos sobre el comportamiento de los niños para que no interrumpan el recogimiento, meditación y concentración de los demás. No es correcto regañarlos en medio de la ceremonia y tampoco que los dejen jugar entre ellos generando ruido e incomodidad, en todo caso es preferible que lleve a los niños a las misas programadas especialmente para ellos.

• Es responsabilidad de quienes asisten, cuidar los muebles y demás implementos de la iglesia que, con mucho esfuerzo se han conseguido con el aporte de todos. Por ello, rayar o escribir en las bancas constituye un acto reprochable.

• No lleve mascotas, déjelas en casa o donde alguien que las cuide. La iglesia no es un espacio para llevar perros ni gatos y menos dejarlos deambular por el lugar.

• Participe en las oraciones; ir a la iglesia no es solo cuestión de cumplir con un precepto, es la oportunidad para agradecer, reflexionar y acercarse a su Dios.

Aproveche esos pocos minutos para orar y ratificar sus creencias. Asista con alegría y salga con entusiasmo y un mayor compromiso para con sus semejantes y con usted mismo, el principal compromiso de cada uno es hacer de este mundo que recibimos un lugar mejor para todos.

Credito
MARTHA CRUZ ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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