Diga NO sin sentirse culpable

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
Si usted cree que decir sí a todo cuanto le plantean o solicitan logra como resultado agradar a todos, está muy equivocado. Serán muchos más los que opinen que usted es una persona débil, sin carácter, e incapaz de respetar las prioridades. Peor aún si así actúa y su posición es directiva, o si es el padre o madre que se relaciona con sus hijos o su familia diciendo sí a todas sus ocurrencias.

Es cierto que decir sí resulta más fácil que decir no, porque esto último usualmente exige una explicación convincente y siempre existe el riesgo de que su explicación no sea convincente o incomode a otros.

Decir sí porque sí, o no porque no, es algo inaceptable y tampoco es propio de personas inteligentes y razonables, además de que si se trata de sus hijos, parientes, o colaboradores, puede llegar a entenderse como un acto de irrespeto.

Tener claridad de principios y de prioridades y ser consistente es un imperativo que facilitará la toma de decisiones a la hora de responder a los requerimientos que le formulen.

Es vital también entender que, muy posiblemente, quienes reciben una negativa suya no se molestan tanto porque les diga NO, sino por la forma como lo diga y por la validez de las razones con que lo sustente.

Deberá asegurarse de que actúa con gentileza, respeto y equidad, porque nada más demoledor que recibir un NO cuando otro con menos argumentos recibió un SÍ.

Situaciones como estas no sólo lo dejarán muy mal plantado, sino que además harán que le pierdan la confianza y lo califiquen como injusto e inconsistente y con ello está minando su autoridad.

Las consideraciones anteriores llevan a afirmar que no es confiable quien dice sí a todo y a todos porque cree que con ello agrada y se evita problemas.

Por ejemplo, cuando acepta acompañar a otro a un sitio o evento donde usted no quiere ir, o cuando acepta prestar dinero a alguien cuando prefiere no hacerlo, el resultado será una compañía aburrida o  un préstamo sin voluntad y  con disgusto.

Peor aún si usted ocupa un cargo directivo, donde se requiere de personas con carácter para asumir la incomodidad de negar aquello que se aparte de las políticas y prioridades de la empresa o institución. 

Además, muy posiblemente quien dice sí a todo quedará mal con muchos, porque en el camino encontrará que no puede cumplir y entonces lo tomarán por mentiroso, con lo cual afecta su credibilidad y lesiona su imagen en materia grave.

También es negativo en el hogar cuando los padres de familia o mayores asumen actitudes similares ante los niños y jóvenes en formación, pues es una etapa vital, cuando consolidan valores, actitudes e imágenes, que se arraigan y luego se convierten en comportamientos usuales en su vida adulta.

Credito
MARTHA CRUZ

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