Cuando hablamos de habilidades sociales nos referimos a la capacidad que se desarrolla o aprende  para relacionarse bien con los demás. Lamentablemente muchas personas aplican poco esfuerzo a cultivarlas y desestiman el valor que tienen para más grata y saludable la vida.  

Tener buenas relaciones ayuda a encontrar nuevos amigos, conservar los que tiene y ser apreciado por ellos. Permite tener mejores relaciones con la familia y mayor aprecio de ellos por su presencia y opiniones.

En la oficina, igualmente gozará de colaboración, aprecio y consideración de los jefes y compañeros. Todo lo anterior, contribuye a que el tiempo y las actividades que realice sean más eficientes, placenteras y gratificantes.

Por el contrario, un tratamiento hosco y displicente con los demás hará que tenga dificultad para generar buenos resultados, para encontrar quién escuche sus necesidades y sentimientos, le hará difícil establecer nuevas relaciones, crear condiciones para tener problemas con los compañeros y poco a poco verá cómo lo van apartando de las reuniones sociales y momentos gratos. 

Ocurre que somos dados a pensar en nuestras necesidades y gustos, pero poco a considerar que el derecho que usted tiene a ser valorado, es el mismo que tienen los demás y que, por lo tanto, se debe dar para recibir. 

Como se mencionó antes, las habilidades sociales se aprenden y  desarrollan. A continuación anoto algunos puntos sobre los cuales es bueno trabajar si quiere que sus relaciones personales actúen en su favor.

* Incorpore en su vocabulario palabras que abran puertas. Saludar con una sonrisa amable y mirando a quien saluda, es una de ellas; no hay nada que lastime más a una persona que ser ignorada. Salude siempre que llegue a algún sito, quién llega es quien debe saludar.  

* Valore a los demás y hágalo explícito. Hacer elogios o decir palabras amables requieren de  aprendizaje. Cuando alguien hizo un buen trabajo, prestó un buen servicio, dígaselo, unas pocas palabras son suficientes para hacer sentir bien al otro.

* Aprenda a dialogar y controvertir sin agredir. Separe lo personal del tema de discusión. Hay otros puntos de vista que pueden ser valiosos. No hay nada más enriquecedor que una buena discusión en la que surgen nuevas posiciones que antes no se habían considerado.

* Pida el favor. Usted seguramente se merece todo, pero ello no quiere decir que no deba decir: “Por favor”,  incluso si está pagando porque se haga la tarea. Como complemento, asegúrese de decir: Gracias, siempre que sea pertinente; es una forma de reconocimiento por cuanto otros hacen por usted; de nuevo, no importa que haya pagado por el servicio.

* Empatía. Es más difícil pero también es una de las habilidades que mejor resultado le ofrece. Es la capacidad para comprender a los demás. Ser empático no significa estar de acuerdo en todo con el otro; tampoco, dejar de lado nuestras propias opiniones para asumir las de los otros. Podemos estar en completo desacuerdo con alguien, pero debemos respetar su posición, creencias y motivaciones.

* Saber escuchar. Es una de las habilidades más difíciles de desarrollar y una de las más valoradas. Mientras usted no aprenda a escuchar, no mejorarán sus relaciones personales.