Los niños y la visita a un enfermo

Es agradable recibir visitas y es una bonita expresión de amistad y afecto visitar a las personas enfermas.

Sin embargo, al hacer este tipo de visitas debe tenerse unas consideraciones especiales porque muchas veces, a pesar de la buena intención, se puede causar un efecto contrario al deseado.

Lo anterior especialmente si usted lleva un niño. No es una buena decisión llevar a un pequeño a estas visitas, no será una situación saludable ni apropiada para él, sobre todo si es muy pequeño, no se puede esperar que vaya a estar quieto, sentado y callado.

Pero en caso de que esto ocurra por favor tenga en cuenta lo siguiente.

· Asegúrese de ir en un momento oportuno. Antes de ir llame y pregunte si reciben visita, es posible que las tengan restringidas o que no esté en ánimo de recibir. Atienda con tranquilidad la respuesta de la familia y no se incomode si le dicen que no vaya.

· Tenga en cuenta la hora. No vaya muy temprano ni muy tarde. Tampoco se demore mucho en la visita. Si ve que entran otras personas retírese, quince minutos es suficiente en estos casos. Más de tres personas en la habitación es demasiado y especialmente si se lleva un niño. Si es posible deje al pequeño fuera de la habitación con alguien de confianza.

· No permita que el niño corra por la habitación o la casa, manténgalo a su lado, y llévele algún juguete pequeño para que se entretenga. No lo pierda de vista.

· Hable sobre temas agradables y no pregunte detalles sobre la enfermedad. Hable bajo y cuide que el niño no grite ni llore. En tal caso salga de inmediato. No insista en permanecer allí, así el niño sea un familiar muy cercano al enfermo.

· Si lleva algún detalle, especialmente algún alimento, no le insista al enfermo que coma por más rico que sea lo que lleve, este puede tener restricciones y es mejor prevenirle una nueva molestia. Tampoco le de alimentos al niño en la habitación.

. Y si no es apropiado llevar niños a visitar enfermos, por más juiciosos que sean, lo es menos llevar mascotas.

Haga que su visita sea bien recibida y apreciada, compórtese como lo requiere la circunstancia. Las visitas a un centro hospitalario o a la casa de alguien que está delicado es asunto reservado a sus familiares y amigos cercanos; si usted no lo es, cumpla llamando y preguntando telefónicamente por él o ella, y ofreciendo su apoyo en lo que consideren que sea útil. No se presente por sorpresa y menos llevando niños.

Y si el enfermo es una persona muy cercana con mayor razón exprese su afecto con toda la consideración del caso.

Asesora y formadora en Productividad personal y Habilidades sociales

macruztol@yahoo.com

Credito
MARTHA CRUZ

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