Saludar es cuestión de respeto

Es necesario insistir sobre la importancia de saludar, porque, a pesar de ser algo tan cotidiano, tan sencillo y fácil de hacer, muchas personas no lo hacen; no saludar además de ser una falta de cortesía, es una falta de respeto por los otros.

Varios no saludan por despistados, otros por descuidados, algunos porque no le enseñaron a hacerlo o porque no aprendieron. En cualquiera que sea el caso es preciso retomar o adquirir el buen hábito de saludar. Saludar encierra un singular valor para quien lo recibe y tanto más para quienes son ignoradas. Con un saludo se inicia una aproximación a otra persona y la forma de hacerlo puede generar o no empatía entre dos individuos, demuestra el grado de amistad que los une o la distancia que hay o se quiere imponer.

La forma de saludar varía según cada cultura, por ello la manera de hacerlo es diferente en algunos países. Puede ser con una ligera inclinación de cabeza, con unas palabras, un abrazo, estrechando las manos o un beso, inclusive con una mirada o gesto facial, eso dependerá también de la circunstancia, el tipo de relación o las costumbres.

Una de las formas más usadas es el apretón de mano y se ha impuesto el beso en la mejilla. Con éste último hay que tener cuidado pues no es el más apropiado en el ámbito corporativo o con personas que poco se conocen, se debe reservar para las persona con quienes se tiene un buen grado de amistad.

Tenga en cuenta lo siguiente:

- Ofrezca un gesto amable. Acompáñelo con una sonrisa, dará sensación de cordialidad y de disposición para entablar una conversación.

- Cuando salude mire a los ojos a la otra persona. Es de mal gusto hacerlo sin alzar la vista o seguir en lo que estaba sin mirar a quien lo saluda.

- La fórmula verbal de hacerlo varía según su personalidad, o su relación con la otra persona. Aunque no son muy variadas, puede decir “Mucho gusto”, “Hola que tal, ¿cómo está?”, “Buenos días” o “Buenas tardes” “Un placer saludarlo”. “Me alegra volverlo a ver”, bien vocalizado y con un tono cálido, recuerde que eso tiene mucho que ver con la percepción de la otra persona.

- Recuerde que quien llega es quien debe saludar, así que cuando ingrese a un salón salude. Hágalo aunque no conozca a los asistentes.

- Diga únicamente, “Buenas noches” o “Buenas tardes” cuando entre a un salón y el grupo sea grande. No es necesario saludar de mano a cada persona.

- Un saludo demasiado delicado, así sea dado por una mujer, no da una buena impresión y mucho menos si es dado por un hombre. Al dar la mano hágalo de manera firme, que se sienta una persona con carácter, pero sin caer en la rudeza de apretar demasiado.

- Cuando dude acerca de cómo saludar a otra persona, no la bese, dé la mano.

- Si está saludando de mano a varias personas en un grupo, no salte a quien no conoce, ofrézcale la mano y aproveche para presentarse.

- En lo posible salude por el nombre; por ej. “Sofía, buenas noches”. Esto tiene un positivo efecto sobre las personas, usted lo hará sentir bien.

- Salude a todas las personas, ya sea al portero, ascensorista o la señora de la recepción.

- Al llegar a un almacén salude antes de pedir lo que quiere, en el taxi hágalo antes de decir a donde lo lleven, sea generoso con el saludo.

- En su comunicación virtual igual debe conservar el hábito de saludar. Tan solo le lleva unos pocos segundos.

Haga del saludo un hábito. Es una fácil y sencilla manera de expresar amabilidad y reconocimiento por los demás.

*Asesora y formadora en Habilidades Sociales y Productividad Personal

macruztol@yahoo.com

Credito
MARTHA CRUZ

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