Un 'Centenario' de problemas

JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
Hurtos, consumo de sustancias psicoactivas y hasta prostitución son los problemas que hoy no dejan conciliar el sueño a los residentes del Centenario. Afectados dijeron que las autoridades carecen de estrategias para capturar a los delincuentes.

El Centenario, ¿la nueva olla de Ibagué?: es el interrogante que más se escucha por estos días de parte de varios ciudadanos. 'Raponazos' y 'apartamentazos', así como el abuso a una menor de edad, tienen prendidas las alarmas, preocupando aún más a quienes viven en dicha zona.

Comerciantes, transeúntes y moradores se unieron en una sola voz para exigirles a las autoridades que trabajen en aras de disminuir los actos delictivos. Y es que mientras algunas personas creían que los barrios del Sur o varios sectores de la comuna Ocho eran los más peligrosos por el expendio de drogas y hurtos otra es la realidad. En la actualidad los ciudadanos consideran que el rango de acción de los delincuentes ha crecido considerablemente y ya llegó a sitios de tradición como la parte alta de la capital tolimense.

Prueba de ello es que La Pola, Belén y los alrededores del Centenario perdieron la tranquilidad y en lugar de ello se convirtieron en sitios donde a toda hora se registran episodios de inseguridad.

"Aquí reina la inseguridad"
En un recorrido efectuado por EL NUEVO DÍA se logró establecer que los delincuentes que azotan el sector son principalmente menores de edad, pues vienen engañando a sus víctimas haciéndose pasar por estudiantes y deportistas.

José Abel Buitrago, comerciante de la zona, comentó que su local siempre lo cierra hacia las 9:00 de la noche porque después de esa hora es un riesgo tener abierto el establecimiento. Aparte de ello mencionó que los transeúntes evitan esperar las busetas sobre esta parte de la vía ante la falta de luminosidad.

“A las 8:00 de la noche es peligroso pasar por el Centenario, usted a esa hora no ve a un policía, por eso la gente prefiere transitar por otra parte, pues ya se han registrado bastantes atracos. En una ocasión yo salí a llamar a la esquina y ahí mismo me cayeron dos tipos y me robaron. Aunque más se demoraron en devolverme la plata porque a los sujetos los atraparon, pero al otro día los dejaron libres”, refirió.

A este testimonio se sumó la voz de César Cleves, otro comerciante, quien insistió en que las ventas disminuyeron y que la tranquilidad del entorno se acabó como consecuencia de la presencia permanente de los ‘amigos de lo ajeno’ y de drogadictos. Según el hombre, “ya nadie quiere pasar por allí”.

“Este sector está degradado por los atracos, por la venta y consumo de droga. La comunidad tiene miedo y los comerciantes hemos visto que las ventas de han caído bastante. Se supone que estamos clasificados como estrato Cuatro residencial, es decir que deberíamos vivir tranquilos, porque todos los servicios e impuestos los pagamos caros. Aún así convivimos en medio del peligro.

“La semana pasada le robaron el celular a una niña y cuando yo salí a auxiliarla los tipos me detuvieron, pues eran cinco con revólver. El pasado viernes tuvimos una reunión con la Policía y a ellos les expresamos todas las inquietudes y esperamos que con la instalación de cámaras y el apoyo de ellos las cosas mejoren”, señaló.

“Los negocios son los responsables”
Un residente del sector responsabilizó a los propietarios de establecimientos comerciales como bares y estancos por venderle licor a menores de edad y "acolitar" la presencia permanente de estos en los andenes y alrededores del Centenario. De acuerdo con el hombre, la proliferación de estos locales ha hecho que la inseguridad aumente.

"Desde que las autoridades dieron permisos para que funcionaran sitios dónde vender licor la inseguridad se agravó. Lo digo porque como los muchachos saben que ahí tienen trago las 24 horas se vienen, compran, ponen los carros a todo volumen y luego empiezan a consumir droga. En la tienda de la esquina de la calle 10 yo he visto desde mi apartamento cómo los jíbaros venden alucinógenos.

"Yo no estoy en contra de los propietarios de los establecimientos, sé que ellos tienen derecho al trabajo, pero el problema está en que esos sitios atraen a los delincuentes y hasta prostitutas. Sumado a la problemática las autoridades ven que esto está lleno de viciosos y pareciera que les da miedo, puesto que no hacen requisas", dijo un habitante, que pidió reserva de su nombre.

Los propietarios de los establecimientos nocturnos tienen una posición diferente a la de los vecinos del sector. Para los administradores, la Policía los atropella cada vez que llegan a los locales a hacer inspección. Así mismo, reseñaron que las autoridades tratan mal a sus clientes en lugar de controlar a quienes forman el desorden en la calle.

"Nosotros no le vendemos a menores de edad. Nuestros clientes compran el licor y sí es cierto que aveces se ponen a tomar en las calles, pero quien debe controlar eso es la Policía. En la calle no mandamos nosotros.

"En cuanto a las personas que venden y consumen droga, en varias ocasiones hemos llamado a la Fuerza Pública, pero ellos hacen caso omiso. Que la inseguridad se incrementó por los negocios eso es algo que nos parece injusto, pues donde haya comercio los delincuentes van a querer hacer de las suyas, lo que se necesita son más resultados por parte de la Policía", respondió Nubia Barbosa, propietaria de un expendio de licor.

Entre tanto, Angie Montiel, administradora de otro establecimiento nocturno, indicó que cada vez que las autoridades hacen operativos en su negocio atropellan a los clientes al momento de pedirles los documentos de identidad. Pero a quienes están tomando y fumando droga en la calle no les hacen nada.

"Las autoridades pareciera que estuvieran en contra de nosotros los comerciantes, pues siempre llegan pidiendo papeles de mala gana, como si nosotros tuviéramos la culpa de los hurtos. Cuando aquí vemos gente peligrosa los llamamos, pero jamás vienen", contó.

Las autoridades
Con respecto a las quejas por inseguridad en el Centenario, el secretario de Gobierno de Ibagué, Edwar Amaya, respondió que la orden de dicha dependencia hacia la Policía es que los agentes permanezcan custodiando el sector, en tanto que surgen unos procesos para sellar algunos establecimientos.

"La orden para el Director de Justicia es que avance en esos procesos para sellar algunos de esos establecimientos comerciales. En cuanto a la inseguridad, la dirección que se le ha dado a la Policía es que hagan presencia permanente", sostuvo el funcionario.

Credito
ANA LUCÍA RIVERA Q.

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