Ante la Dirección de Espacio Público fue interpuesta una denuncia por posible infracción urbanística y ambiental por parte de la Arquidiócesis de Ibagué. La queja hace referencia a las obras efectuadas durante el mes pasado para la instalación de la tubería de desague de la Catedral de esta capital.

El director de Espacio Público, Mario Fernando Díaz, informó que la queja fue interpuesta la semana pasada de forma anónima debido a que las aguas lluvias caen de forma directa sobre la carrera Tercera.

“Simplemente el denunciante manifestaba que era poco estético lo que se efectuó en la Catedral pues es un monumento de la ciudad y estos desagues deberían ser subterráneos”, indicó el funcionario.

Agregó que de igual forma, la Dirección procedió a abrir un proceso administrativo por las posibles infracciones urbanísticas y ambientales a que hubiere lugar.

Por otra parte, Díaz señaló que revisará si los trabajos requerían ser autorizados por la Curaduría Urbana o por tratarse de adecuaciones, no debían cumplir con este requisito.

“Hasta el momento dentro del proceso no existe una prueba que determine que lo que estaba efectuando la Arquidiócesis sobre la Catedral es una infracción urbanística que puede ser catalogada como una reparación locativa, por lo tanto no tendría ninguna consecuencia e infracción de parte de control urbano”.

Por esta razón, se decidió trasladar la denuncia al Ibal y la inspección ambiental para que evalúen el caso y determinen si la tubería debe ir conectada al colector de aguas lluvias.

Arquidiócesis responde

El párroco de la Catedral, monseñor Gustavo Vázquez, expresó que lo que se efectuó fue un cambio de tubería en los bajantes que aunque se hizo de forma externa, los trabajos se ejecutaron por los problemas ocasionados a nivel interno en una de las columnas y el capitel.

“Se cambiaron las tuberías porque estaban deterioradas porque la Catedral fue construida en 1926 y los bajantes estaban en pésimas condiciones y eso afectaba los muros del edificio e internamente se produjeron humedades que nos dañó una columna y un capitel”, explicó.

Monseñor reconoció que no se solicitó licencia ante la Curaduría por lo que la acción correspondió a un cambio de tubería y no a una obra nueva.

“Se averiguó qué trabajo se debía hacer con ingenieros y expertos y se dijo que lo mejor era cambiar los tubos por PVC, ahí no se hizo ninguna obra nueva, solo se cambio de tubería”, puntualizó.

Cambio en la Tercera afectó estructura del Templo

 El Monseñor reveló que con la transformación de la carrera Tercera, se taponaron las salidas de los bajantes lo que conllevó a que el muro que colinda con esa vía fuera afectado por la humedad.

Según Vázquez, por ser una obra tan antigua y no tener requerimientos normativos actuales las aguas iban directamente a la calle. Según él, se efectuó un estudio para determinar el costo y el avalúo de llevar la red hasta el colector pero resultaba demasiado oneroso el proyecto.

“Se presentó una solución para recoger las aguas y llevarlas hasta los colectores de aguas lluvias pero resultaba más oneroso que dejarlos así en las condiciones en que quedaron”.

“Usted observa que en Ibagué muchas edificaciones tienen el mismo sistema, vaya a la Iglesia San Roque y los desagües salen a la calle, luego el trabajo que habría que hacer lo tendría que emprender el mismo Municipio que fue el que cambió el sistema de vía y andenes y al peatonalizar la carrera Tercera obstruyó la salida de los bajantes”.

Monseñor Vázquez recalcó y advirtió que por el momento la obra quedará tal y como se concibió.