Según los vecinos del sector, funcionarios de esta dependencia hicieron presencia en esta zona con el fin de mejorar las deterioradas calles, pero aseguraron que la obra quedó inconclusa y al contrario de lo que esperaban los huecos se hicieron aún más grandes.

De igual forma, esta problemática afecta a los funcionarios, estudiantes y directivos de la Universidad de Ibagué, ya que las calles 21, 22 y 23 son las que rodean su sede principal. Los huecos que están pendientes por “reparchar”, entorpecen la llegada al establecimiento por cualquiera de sus entradas

“Por fortuna los muchachos no han entrado de vacaciones, pero aún así es caótico para las busetas, los funcionarios y la gente que vive en la zona, porque la mayoría accede a la comuna por la carrera 22”, dijo Eleonora Ríos González, secretaria General de la Unibagué.

Añade que “la bajada de las busetas también se volvió difícil por la 21 y por la 22, porque todas las calles las arreglaron casi al mismo tiempo por tramos”, lo que produce congestión vehicular a diario.

Por lo tanto el panorama de la malla vial en Ibagué es desolador, mientras que la obras no se cumplan por completo las calles van a seguir generando molestias, trancones y accidentes.

Se espera por parte de la comunidad del barrio Ambalá que los funcionarios que se encuentran trabajando en sectores aledaños a la zona, cumplan con la finalización de este proyecto.