químicos en las actividades agrícolas para contribuir a la conservación de los recursos suelo y agua, bajo estándares de Producción Más Limpia, es lo que busca lograr el “Proyecto de Conservación de Agua y Suelo” -Procas- que desarrolla Cortolima en convenio con la Alcaldía de Ibagué, a través de la implementación de biofábricas para la generación de abonos orgánicos en zona rural de la ciudad de Ibagué.

“Con esto pretendemos que los campesinos y agricultores inicien un proceso de transformación de la producción agropecuaria tradicional y convencional a una agricultura diferente que tenga un enfoque amigable con el medio ambiente, disminuyendo los costos de producción, generando materias primas y abonos orgánicos con los mismos elementos que cuentan en la región, y con ello contribuyendo a una alimentación sana no solamente para ellos sino también para aquellos que consumen dichos productos.” Resaltó Yesid Fernando Torres Ramos, subdirector de Desarrollo Ambiental de Cortolima.

En total serán 10 los sistemas entregados para la producción de bio-fertilizantes líquidos y sólidos, en igual número de veredas como lo son El Porvenir, Las Ánimas, Puerto Perú, China Alta, Potrero Grande, El Rubí, Ramos y Astilleros, La Cascada, Carrizales y San Simón, con lo que se espera beneficiar directamente a 120 familias campesinas que progresivamente irán eliminando el uso de insumos químicos, mientras a su vez reducen los costos de producción y aumentan la rentabilidad y calidad de sus cultivos.

“Es un proyecto muy bueno para el bien de la región, pues ya uno con los abonos orgánicos va a mejorar los suelos, va a mejorar los cultivos y más producción puede haber, porque lo que va uno a invertir en los abonos químicos, pues ya con abonos orgánicos puede hacer mejores trabajos y mejores siembras”, afirma don Isidro Buitrago Reyes, de la Vereda China Alta, vinculado al proyecto.

A la fecha se han realizado siete entregas de materiales que además de elementos como tejas de zinc, canecas plásticas, alambre, fumigadoras de espalda, polisombra, sulfatos, levaduras, microorganismos eficientes, entre otros insumos para el montaje de las biofábricas; también incluyen semillas orgánicas de fríjol, maíz, lechuga, remolacha, cilantro y acelga.

Lo que representa una estrategia completa para reducir la degradación de los suelos, fomentar el uso racional del agua, aprovechar los residuos orgánicos en la producción de bio-fertilizantes, el control de plagas y enfermedades, así como contribuir a la seguridad alimentaria de las zonas intervenidas.

Asimismo, se debe tener en cuenta que la implementación de las biofábricas, las huertas caseras y los procesos de compostaje serán acompañados por la asesoría técnica de profesionales de la Secretaría Municipal de Desarrollo Rural de Ibagué y de la Subdirección de Desarrollo Ambiental de Cortolima.

Estas entidades, a través de capacitaciones y procesos de sensibilización, guiarán a estos pequeños agricultores hacia el manejo ecológico de sus cultivos y la disposición final adecuada de residuos sólidos.

De esta manera, con el interés y compromiso de las familias campesinas de Ibagué, y con una inversión que asciende a los 30 millones de pesos, se espera generar un alto impacto en la recuperación de los ecosistemas agrícolas, así como generar cambios de cultura enfocados a una producción agrícola sostenible y amigable con el ambiente.