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La comunidad ha indicado que contrario a lo que se esperaría tuviera algún tipo de reparo, los huecos, invadidos de aguas residuales, se han hecho más grandes, situación que incomoda a las casas que colindan con las afectaciones; en verano, por el penetrante olor y en invierno, por el rebose de aguas negras en sifones.
“Hay varios sectores en Cañaveral, han hecho arreglos momentáneos, pero eso volvió a hundirse, eso nos genera malos olores, mucho zancudo, además del peligro para las viviendas que están al lado de eso”, indicó Omaira Blandón, vecina el sector.
“Aquí hay una emergencia sanitaria a la que nadie le está poniendo cuidado, esta es una situación muy delicada”, sostuvo Ana Deyssi Meneses.
Ibal responde
Frente al tema, el Ibal indicó: “El proceso de deterioro actual es más significativo lo cual nos obliga a realizar algunas intervenciones de manera prioritaria durante el presente año. Ya tenemos identificados los puntos críticos en el barrio”.
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