Delincuencia y desorden callejero se toman barrios de Ortega

Asaltos a transeúntes, venta de estupefacientes, pandillas, robo a casas y prostitución infantil son las problemáticas actuales que afronta el municipio. La situación obliga al Alcalde de la localidad prender las alarmas.

Hablar de estadísticas es quizá infructuoso porque, según lo señalaron los denunciantes, lo que impera en la mayoría de casos es la impunidad. Mientras tanto los robos, las pandillas, la prostitución de menores y la venta de estupefacientes se multiplican en distintos barrios de Ortega.

Un grupo de habitantes de la localidad le aseguró a este medio de comunicación que este no es un fenómeno nuevo, sino que ha ido creciendo alimentado por la “poca reacción policial y la ausencia de una educación formal más exigente en los jóvenes”.

“Hay muchas pandillas y delincuencia. Los barrios La Vega y Caracolí son los más delicados”, denunció un habitante.

Otra voz puso en evidencia que “las autoridades saben de la problemática que tenemos, pero no han hecho nada para evitar estos casos. Por ejemplo, detrás de la plaza de mercado todos sabemos que se vende y consume marihuana, sin contar la cantidad de niñas ofreciéndose y la Policía no ha hecho nada”, denunció.

Inseguridad
Son tres casos puntuales de robo los que se han registrado en el último mes y otros más en zona rural, según lo ha reconocido el mismo alcalde Ángel María Monroy, quien ha retomado nuevamente su cargo luego de haber sido destituido por varios meses por corrupción y delitos administrativos; sin embargo, un fallo lo absolvió de los delitos que se le imputaban y levantó los cargos en su contra.

“Sí es de prender las alarmas”, aseguró el Mandatario, quien reconoció tres casos delincuenciales. “Le hemos pedido al comandante de la Policía en el Tolima, coronel Javier Herrera, que nos colabore porque de los 14 policías que teníamos quedan nueve, ya que dos se fueron pensionados, otros salieron a vacaciones y no ha sido posible recuperar esas unidades”, dijo.

Pese a que las autoridades realizaron el pasado fin de semana un 'plan candado', combatir la delincuencia común -de acuerdo con el Alcalde- se ha vuelto complicado, pues refirió que varios de los delincuentes que allí operan “pertenecen a otros lados, con incidencia de jóvenes del municipio que les indican dónde ir ”, sostuvo Monroy.

Por otra parte, la comunidad señaló que el peligro, las riñas y la inseguridad se incrementa los fines de semana: “Desde el viernes, que es cuando la gente empieza a tomar”, aseguran.

La otra cara
A la situación de inseguridad se une otra cara: la prostitución infantil, que, según han afirmado habitantes del municipio, son niñas desde los 12 años las que se ven por las calles a partir de las 9:00 de la noche ubicadas en lugares cercanos a la plaza de mercado. Como si fuera poco, el sector no tiene alumbrado público, lo que hace peligroso el paso de transeúntes por la zona.

En zona rural de Ortega
A las afueras del casco urbano se escucha sobre la presencia de guerrilla, 'paras' y Ejército, dejando en medio del fuego cruzado a cientos de familias. “Por fortuna la comunidad indígena no se ha visto directamente afectada, pero sí es un problema que estén rondando grupos por la zona. Otra gente dice que están con ellos, pero realmente están es trabajando para subsistir en el campo para sacar a su familia adelante”, expresó un habitante de una de las veredas.

Algunos casos
Existen personas que se están haciendo pasar por funcionarios de Salud y están golpeando las puertas de las casas a eso del mediodía engañándolas con mentiras para posteriormente proceder a robar. Otro caso reciente fue el hurto a un candidato al que se le llevaron los documentos personales al igual que a las personas que estaban en el mismo lugar. Lo extraño es que no es la primera vez que se presenta, pues en oportunidades anteriores ya se había denunciado esta modalidad, señaló el Alcaldía.

No obstante, el burgomaestre hizo un llamado a los ortegunos para que “no den 'papaya'”, no dejen las casas solas o con las puertas abiertas”.
Con relación a la venta de estupefacientes, Ángel María Monroy relacionó el problema con la falta de colaboración de la comunidad para denunciar. “Se hacen consejos de seguridad donde asisten las autoridades, pero la gente no se atreve a denunciar, sólo con supuestos. La Policía está atenta, pero si no denuncian es muy complicado”, dijo.

Credito
EL NUEVO DÍA

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