Con más de $64 millones sería indemnizada joven agredida en la Universidad del Tolima

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
Tribunal Administrativo falló a favor de la estudiante que fue accedida carnalmente y de manera violenta, al interior del campus universitario.

Una estudiante de la Universidad del Tolima gana pleito jurídico, ya que en el 2011 fue agredida sexualmente al interior del claustro, es así que es responsabilizada la institución educativa de no contar con la seguridad necesaria durante la ocurrencia de los hechos.

El fallo declara administrativamente responsable a la Universidad del Tolima por agresión sexual de la que fue objeto la señorita Natalia de la Paz Álvarez, y condena a pagar tanto a la demandante como a su familia, una cifra total de 100 salarios mínimos legales vigentes, suma que corresponde a $64.435.000.

El Tribunal Administrativo del Tolima el 22 de enero del presente año, revocó la decisión adoptada en su momento por el Juzgado Segundo Administrativo de Ibagué, y responsabiliza a la Universidad del Tolima de haber tenido fallas en el servicio de seguridad en su momento, para evitar los hechos ocurridos el 14 de julio del 2011.

Antecedente legal

En primera instancia se había negado las pretensiones de la demandante, argumentando que no había certeza en los hechos y tampoco que hubiesen ocurrido en el perímetro del campus de la Universidad, situaciones que fueron desvirtuadas.

Esto porque el dictamen de Medicina Legal afirma que lo narrado por la víctima en su entrevista coincide con los hallazgos en su cuerpo.

Al igual que las publicaciones de prensa de ‘El Nuevo Día’ y el ‘Q hubo’ sirvieron como material probatorio, debido a las fotografías que fueron publicadas y las declaraciones dadas por la víctima y sus familiares, para registrar las marcas y abusos que recibió la joven.

También se tuvo en cuenta un comunicado de la alma máter y los testigos aseguraron que la joven fue encontrada cerca a los baños del bloque 33 de la Universidad, siendo asistida por un psicólogo ese mismo día en esas instalaciones.

Uno de los alegatos presentados se debía a que la joven no hacía parte de la comunidad universitaria, para lo cual se tuvo en cuenta que la estudiante para el semestre A del 2011 había matriculado cursos libres pertenecientes al programa de Comunicación Social y Periodismo.

Los hechos

“A las 10 de la mañana del 14 de julio del 2011, Natalia fue hasta la Universidad a averiguar unas notas. En el momento en que ella pasaba por un lado del Jardín Botánico, un hombre que estaba encapuchado la interceptó y le colocó un cuchillo en el abdomen, obligándola a ingresar al sitio”.

“Adentro estaban otros dos hombres, que también la amenazaron y comenzaron a tocarla y a besarla lascivamente, se notaba que habían consumido alucinógenos, incluso uno de ellos puso ‘perico’ en la boca y la besó”.

Lo que vino después fueron aberrantes actos, donde “la desnudaron y comenzaron a besarla y tocarla, los tres le introdujeron los dedos en la vagina, y pasaron sus miembros viriles por su cuerpo, le decían que sólo querían jugar y que no fuera a gritar porque le iba mal”. Finalmente y no contentos con la humillación causada, con un marcador le pintaron obscenidades sobre el cuerpo.

“Le escribieron groserías, pintaron penes y es ahí cuando uno de ellos les dijo a los otros dos que ya no más, entonces la vistieron. A esa hora sobre Ibagué estaba cayendo lluvia y mi hermana salió mojada y llena de barro y se encontró con una empleada de la Universidad, quien la auxilió”, fue el relato que brindó José David de la Paz Álvarez (el hermano de la víctima) a nuestra redacción en el momento de la ocurrencia.

“La joven trató de continuar sus estudios, ya que la Universidad le brindó las garantías, pero los señalamientos hechos por los propios estudiantes hicieron que Natalia retirara sus deseos de continuar en el lugar; es así que buscó inscribirse en otro claustro de la ciudad, pero hasta allí se extendieron los señalamientos, lo cual la llevó a radicarse en otra ciudad junto con su madre”, afirmó el abogado denunciante, Antonio París, quien recomienda a las instituciones educativas velar por la seguridad, para que hechos de esta índole no se vuelvan a registrar.

Credito
HERYK FARFÁN

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