El Puma Concolor (Puma, león de montaña, león colorado) y el Puma yagouaroundi (Gato de monte, gato perruno, gato montés), fueron vistos a través de las cámaras dispuestas para el monitoreo, estas especies están clasificadas en las categorías ‘casi amenazado’ para el caso del Puma concolor y de “Preocupación menor” para el Puma yagouaroundi, según la lista de la Uicn (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

Del comúnmente llamado León de Montaña, no se había obtenido registro de su presencia en la zona en los últimos 15 años.

Sobre los felinos avistados

Los pumas “yagouaroundi” y “concolor” son especies que hacen parte del selecto grupo de felinos que aún existen en los ecosistemas Alto Andinos del país, cuyas poblaciones se han visto disminuidas por la pérdida de área boscosa, ampliación de la frontera agrícola y la caza.

El León de montaña ha sido representado en artefactos de cerámica de las culturas precolombinas (Legast 1998). Se decía de los Muiscas que eran hechiceros que se podían convertir en puma. Varios nombres de jefes o sacerdotes Muiscas están asociados con la palabra nymy (neme) que significa puma u ocelote.

El avistamiento del Puma concolor se logró en abril de 2016, en las parcelas de seguimiento instaladas en los lotes reforestados en la Reserva de los Loros Andinos. A este felino generalmente se le asocia con otros mamíferos de importante tamaño como el oso de anteojos, el cual está en categoría de “Vulnerable” según la Uicn.

Puma Concolor

• Es el segundo felino más grande de Colombia después del jaguar.
• Su piel es de tonos habanos, cafés, rojizos o grises, pero como lo describe su epíteto en latín, concolor: un solo color (Currier 1983).
• Peso: hembras 30-45 kg, machos 55-75 kg.

Puma yagouaroundi

• Hay especímenes de color gris, café, rojizo y negro.
• Algunas pieles muestran una sección dorsal más oscura, una ventral clara y una cabeza y cuello más clara.
• Peso: hembras 3,5-7 kg, machos 3-7,6 kg.

Son 208,4 hectáreas de bosque protector las que Epsa ha reforestado en zona de influencia de la central hidroeléctrica de Cucuana, en el Tolima, con árboles nativos que buscan mejorar la recarga hídrica de la cuenca del río Cucuana y la conexión de los fragmentos boscosos que existen en la zona, también se han sembrado 7.500 palmas de cera.

“En Cucuana hemos emprendido un programa muy importante de restauración ecológica de las cuencas en el área de influencia de la central hidroeléctrica, en donde hemos ido mucho más allá de lo obligatorio y en total han sido reforestadas cerca de 200 hectáreas”, afirmó Beatriz Eugenia Orozco, responsable del área socioambiental de Epsa al agregar que “también se está realizando un programa de reforestación de la palma de cera, árbol nacional y hábitat del Loro Orejiamarillo, de la cual se han sembrado 7.500 individuos”.