Con intenso fervor y fiesta se celebró el Día de la Virgen del Carmen

HÉLMER PARRA – EL NUEVO DÍA
Por más de 10 horas, el Santuario Nacional del Carmen de Apicalá estuvo abarrotado por miles de feligreses que se hicieron presentes para celebrar una de las tradiciones religiosas más arraigadas en la comunidad católica del país.

Desde las 4 de la mañana y de manera ininterrumpida, una multitud de fieles acompañó la celebración del Día de la Virgen del Carmen, una fiesta católica en la que convergen la tradición religiosa y la celebración popular.

Fue así que durante más de 10 horas, en el Santuario Nacional del Carmen de Apicalá, se efectuaron eucaristías en las que quedó en evidencia la profunda devoción por la patrona de los transportadores, pilotos, navegantes y puertos.

El momento cumbre de la jornada religiosa ocurrió a las 4 de la tarde, con una liturgia presidida por el obispo de la Diócesis de Espinal, Orlando Roa Barbosa, quien recordó que el mensaje principal de la fecha es el de un modelo de vida de humildad, sencillez y gratitud.

Sin importar la espera y la alta temperatura, una larga fila de feligreses se extendió por cuatro cuadras con el propósito de apreciar la imagen de la virgen, la cual fue custodiada por miembros de la iglesia. Al llegar y en un acto de reflexión, los visitantes agradecían los favores cumplidos, otros hacían peticiones y unos más le rendían devoción.

Esta también fue la oportunidad para que los comerciantes aumentaran ingresos y montaran un verdadero mercado de artículos religiosos en los alrededores de la parroquia. Desde rosarios, llaveros, camisetas, los llamados ‘milagros’ y toda clase de objetos alusivos a la virgen fueron adquiridos por los visitantes.

 

Un epicentro religioso

Se presume que en 1828, el mismo año en que se fundó Carmen de Apicalá, un grupo de misioneros carmelitas se aproximó a la pequeña población para inculcar la devoción por la iglesia católica. Ejerciendo la voluntad de su congregación, los misioneros infundieron en sus habitantes una profunda veneración a la Virgen del Carmen.

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De acuerdo con Jesús Antonio Carvajal Cruz, párroco del Santuario, un artista local, cuya identidad permanece desconocida, estuvo a cargo de esculpir la imagen que hoy reposa en el segundo nivel de la parroquia, a la vista de todas las personas que la visitan.

“Acá querían tener una imagen de la virgen, pero ya no había tiempo porque había que traerla desde Quito, en Ecuador, donde las hacían en madera. Un señor se ofreció a hacerla y el 16 de julio de 1828, descubrió la imagen. Todo mundo se sorprendió al ver su belleza”, dijo el párroco.

Una quebrada de nombre Picalá que cruza por la zona inspiró a los misioneros a llamar a la virgen como Carmen de Apicalá. Desde entonces, esta localidad tolimense se fue convirtiendo en un epicentro religioso.

Por otro lado, y según registros religiosos, el origen del Día de la Virgen del Carmen o del Monte Carmelo se remonta al 16 de julio de 1251, cuando se apareció a San Simón Stock, superior general de la Orden de los Hermanos de Santa María del Monte Carmelo, y a quién le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo de los marianos carmelitas.

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La tradición católica relata que la Virgen prometió liberar del Purgatorio a las almas que hayan llevado consigo el escapulario toda su vida.

 

Un mensaje de gratitud

De acuerdo con el párroco, el mensaje central de esta fecha es el de que vivir bajo las enseñanzas de Jesucristo, quien fue llevado de la mano por la Virgen María, a un camino de ternura, entendimiento y plenitud.

Para Carvajal, el fervor hacia la virgen se debe a que “ella nos escucha siempre. Al que pide con fe, la virgen le ayuda, le da la salud por intermedio de Jesucristo y cumple otras peticiones. Entonces hay mucha gente que ha recibido favores y viene a agradecer”, indicó.

Y agregó: “La santísima es un modelo de vida, si nosotros queremos ser verdaderos discípulos de su hijo Jesucristo, tenemos que vivir como lo hicieron ellos, es decir, atentos a la voluntad de Dios”.

 

Cifra

1942 fue el año en el que empezó la construcción del Santuario.

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Credito
EL NUEVO DÍA

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