En los últimos 50 años Héctor José Jiménez vivió desde su caseta en una esquina del corregimiento Frías, de Falan, muchos hechos que marcaron la historia para esa comunidad, uno de ellos, la masacre contra 13 personas en 2001 y ayer después de 18 años el regreso de la Policía.

Jiménez, tuvo una charla por varios minutos con el General Jorge Hernando Nieto, director de la Policía de Colombia, quien estuvo inaugurando la nueva subestación en la que estarán 10 uniformados, entre ellos una mujer. El hombre le aseguró al alto oficial que nunca había ido un General de la República al corregimiento.

Los niños, adultos y la banda marcial del colegio recibieron al General junto a los demás oficiales, Hermán Alejandro Bustamante Jiménez, comandante de la Regional dos y el coronel Jorge Eduardo Esguerra, comandante de la Policía Tolima.

En la intervención el general Nieto le dijo a los habitantes: “Es hora de dejar atrás aquellos años de sufrimiento extremo generados por el conflicto armado y comenzar a cicatrizar esas heridas que tanto dolor y luto trajeron a los hogares tolimenses. Es hora de recoger los frutos de la reconciliación y avanzar por el camino de la convivencia, la seguridad y el desarrollo social”.

Sin embargo, para muchos es difícil borrar de sus mentes aquel 15 de septiembre de 2001, cuando paramilitares del Frente Omar Isaza (FOI), asesinato a varias personas. Además, en ese centro poblado hubo presencia de la guerrilla de la Farc y ‘Los Bolcheviques’ del ELN.

Esperan el perdón

Una sentencia proferida por el Consejo de Estado en 2014, le ordenó al Ministerio de la Defensa, Comandante de las Fuerzas Militares, de la Policía y el comandante del Batallón número 16 Patriotas, en persona, hacer un acto público de reconocimiento de responsabilidad por la masacre en el corregimiento Frías, por la omisión que hubo por parte de las autoridades. Por ahora, las víctimas siguen esperando.

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 108 familias viven en el casco urbano del corregimiento Frías, de Falan.

La comunidad pide mejorar las vías

 Fabián Grisales, comerciante, al igual que otras personas entrevistadas por EL NUEVO DÍA, agradecieron por el regreso de la Policía, pero también piden que las vías de las carreteras principales sean intervenidas, ya que en invierno sufren para poder llevar sus productos a los cascos urbanos de Palocabildo y Falan.

Igualmente, requieren asistencia de un médico en el puesto de salud, donde cada ocho días ven un profesional de la salud, quien tiene un límite de pacientes.

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 150 millones fue el costo de la nueva subestación de la Policía.