Sin embargo, un informe especial de El Tiempo menciona que el exdirigente político rebaja su pena ejecutando labores de reciclaje al interior de La Picota.

“Según los registros del Inpec, dedica seis horas diarias a su labor de reciclaje. Por cada 16 horas de trabajo, redime un día de su pena. Por cada día de trabajo le pagan un modesto sueldo de dos mil 100 pesos”, se lee en dicha publicación.

Parece ser que a través de esta labor, el exsenador ha conseguido descontar un año y seis meses de condena.

“Las cuentas de su defensa apuntan a sumar rebajas por buena conducta y trabajo para lograr que se le abran las puertas de la cárcel en unos nueve años. Ya ha cumplido seis años preso: tres desde la sentencia final de la Corte y dos más que había pagado antes de que el Tribunal de Cundinamarca lo absolviera en segunda instancia”, según los cálculos que efectúa al respecto El Tiempo.

Y se agrega que: “La tarea del exsenador es clasificar los productos que podrían ser reutilizables: cartón, plástico y vidrio, y además procurar que su pabellón sea el más limpio del penal”.