El pedido del Fiscal, además de reabrir el debate sobre si es necesario retomar ese mecanismo, dejó una conclusión clara: se ejecute o no la aspersión aérea, es necesario tomar medidas ante el aumento desmedido de hectáreas de cultivos ilícitos en el país.

Según las mediciones del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de Naciones Unidas, en el país hay al menos 96 mil hectáreas sembradas con arbustos de coca, incremento equivalente al 39 %, con respecto al 2014, cuando fueron detectadas 69 mil hectáreas, número que también había crecido con respecto a 2013, cuando se detectaron 48 mil 189 hectáreas.

Las cifras son tan alarmantes que la oficina de Política Nacional para el control de Drogas de EE. UU. llegó a considerar que el número de hectáreas afectadas es similar al de hace 15 años, cuando inició el Plan Colombia, cuyo objetivo era luchar contra el narcotráfico desde su origen.