Alfredo Bocanegra se siente acorralado como director de la Aeronáutica Civil Colombiana: ocho sindicatos, presión de los contratistas, sin contar con el clima y los problemas surgidos en el aeropuerto El Dorado para su normal funcionamiento.

-Para nosotros que somos de provincia (es tolimense) esto que me pasa no se compadece con mi forma de ver la vida, me comenta francamente afectado.

-Esta es una entidad que tiene ocho sindicatos y aunque yo soy respetuoso de las libertades sindicales, han logrado incomodarme con toda clase de versiones en mi contra. Pretenden acorralarme y lo están logrando.

¿Y cómo son las presiones en la contratación?

He destrabado procesos que tenían serias dudas éticas como el proceso de contratación, donde adjudicaban a dedo 66 mil millones de pesos.

He escuchado a los empresarios con el propósito de hacer un proceso abierto, transparente y regionalizarlo para que no sea solo un contrato sino seis contratos y tengan mayor número de pluralidad y de opciones, pero estos empresarios cada vez que intento algo, cada vez que denuncio algo, acuden a los medios de comunicación a atacarme con insultos personales.

Llevo cuatro meses en la entidad y los permisos que tienen algunos amigos obtenidos varias décadas atrás me los atribuyen. Me quieren causar un daño y yo no quiero causarle perturbaciones al Gobierno. Si necesitan el puesto, estoy dispuesto a devolvérselo al señor Presidente.

¿Está ofreciendo su renuncia?

Me siento muy acorralado, usted sabe que nosotros los calentanos llevamos una vida espiritualmente muy tranquila, nosotros por haber padecido la violencia tan fuerte, somos personas que acostumbramos a no mortificarnos; primero a no odiar, segundo a perdonar.

Este era un cargo que no estaba buscando, quiero prestar un servicio público, es lo que he hecho toda mi vida, más de 25 años de servicio público sin una sola tacha; pero desde el momento en que se mencionó mi nombre para este cargo, se empezó a decir en algunos medios bogotanos que estaba inhabilitado, que tenía investigaciones. Aporté las pruebas pero siguen agrediendo.

¿Renuncia?

Pues he dicho que si quieren el bendito puesto, ahí lo tienen. Es decisión del Presidente.

El aeropuerto El Dorado

¿Qué está pasando con el aeropuerto en Bogotá?

Han confluido una cantidad de factores, nosotros tenemos un rezago histórico, aunque las cosas han comenzado a cambiar en la medida que se ha modernizado la infraestructura aeroportuaria, pero son procesos muy lentos y con muchos intervinientes.

En el aeropuerto el Dorado tenemos Opain que es un concesionario, tenemos un ejecutor de una obra de ampliación de pistas y tenemos una intervención de la Aeronáutica Civil.

Son cuatro o cinco actores que tienen que trabajar de manera coordinada, pero no pueden suspender las operaciones ni las actividades. Es una dificultad en el proceso constructivo.

El segundo problema es la meteorología típica, los aguaceros que se anticiparon muy fuertes y que seguirán hasta enero del 2017.

Tenemos pendiente que entre en operación una infraestructura tecnológica de un ILS de categoría 3 que sería el primero en Colombia, pero lo tendremos sólo en junio de 2017. Entre tanto, seguimos manejando planes de contingencia.

¿Cómo son las operaciones en El Dorado?

Regularmente podemos movili zar 70 vuelos por hora desde Bogotá; tengamos en cuenta que Bogotá mueve 30 millones de pasajeros, casi la población colombiana y el resto se esparce dentro del territorio colombiano.

Hay una concentración, una saturación por Bogotá y estamos ahora con esta contingencia operando 40 vuelos, es decir que 30 se están represando cada hora.

Aspiramos a que con el plan de contingencia podamos despachar entre 50 y 60 vuelos, para que el impacto sea menor.