Siete años de amistad lleva Lucas con el grupo antiexplosivos de la Fiscalía General de la Nación seccional Tolima, pues, luego de sus labores como rastreador de explosivos y armamentos, le llegó el tiempo para jubilarse.

Y, más que el trabajo entre adiestrador y canino, es esa unión que se forja durante el tiempo en que un perro es apto para cumplir sus funciones. En el caso de Lucas, para detectar armamento, explosivos y pólvora, entre otros elementos similares.

Este Golden Retriever, según cuenta uno de los agentes de protección y seguridad, se convirtió en parte de su familia, pues llegó en 2013 siendo cachorrito y proveniente de Siachoque (Boyacá).

Se formó en la Escuela de Adiestramiento de la Fiscalía en Cáqueza (Cundinamarca) y luego llegó a Ibagué, para recorrer varios municipios tolimenses en distintas misiones con tal de recuperar caletas o abrir caminos que pudieran estar minados.

“Es un perro que ha ayudado en el desarrollo del país, ya que ha evitado que se comercialicen explosivos y armas de fuego, así como de otras ayudas en diligencias de Policía Judicial; ahora le llegó su hora de jubilación, para que tenga una vejez tranquila.

“Ha sido mi compañero y lo voy a adoptar para que me acompañe, porque, aparte de ser un canino muy obediente, es tierno con los niños, tiene empatía, ya somos un binomio y nos hemos acostumbrado el uno del otro. No es fácil ese desprendimiento”, cuenta uno de los investigadores.

Amigo incondicional

Otro de los agentes de protección, quien estuvo desde el primer día con Lucas, cuenta algunas anécdotas que vivió con el canino, entre ellas, la vez en que se convirtieron en grandes amigos.

“Nunca olvidaré en una comisión en Roncesvalles, que tuvimos que caminar por la montaña siete horas de ida y siete de vuelta. Cuando retornábamos, yo estaba muy cansado, mis piernas no me daban y el perro se fue con el otro guía canino, el de restos óseos.

“Cuando cruzaron el río, yo iba último, el perro me vio y se devolvió, pero la corriente del río se lo llevó, quedó atrapado con una piedra y luchaba, se estaba ahogando. Como pude, saqué fuerzas y me lancé a rescatarlo.

“Cuando salimos, ese perro no me abandonó, así yo fuera despacio iba conmigo y me lamía; me impactó tanto, que terminamos la comisión y siempre se quedó conmigo. A pesar de que tiene que ir en la punta para despejar, él se fue conmigo y no me abandonó”, narra.

Lucas, según cuenta uno de los agentes, hizo varias búsquedas en el sur del departamento, en las que encontró caletas que dejaron los grupos armados. Además, brinda seguridad en instalaciones y cuando viene algún dignatario a la ciudad, revisa vehículos, aviones y lugares que frecuentará.

Termina un ciclo de este canino, una vida dedicada a la patria. Quedarán los recuerdos de sus adiestradores que cada dos días y por 15 minutos debían entrenarlos para que siempre estuviera motivado y cumpliera con su labor a la nación.

Frase

"Lucas se convirtió en un hijo, un compañero fiel que ya se jubila; tenemos la posibilidad de llevarlo a casa y, sino se puede, volverá a la escuela de adiestramiento, donde tendrá un espacio para vivir sus últimos días, pero sí pensamos conservarlo", investigador CTI.

Dato

Es mentira que un perro que se adiestra en cualquier especialidad, como explosivos, restos óseos, antinarcóticos o divisas, se les da a probar alguna sustancia, según lo informado, a los caninos se les asocia con los olores que emanan las sustancias.

Destacado

años es el tiempo que dura un perro adiestrado para cumplir misiones y solamente puede servir para una sola especialidad.

Dato

Cuando el canino encuentra el elemento sospechoso, se sienta frente a él y espera para recibir su regalo.