Reconstrucción de una cultura indígena tolimense

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Los primeros asentamientos indígenas constituyeron para el Tolima, todo un patrimonio de voces, historias y mitos.

Como etnia o cultura, el Tolima es producto de una de las guerras más crueles que conoció el Nuevo Mundo durante el proceso de la conquista.  El afán de Europa por imponerse en América, hizo que se escribiera con tinta de sangre innumerables historias y leyendas de valientes guerreros, que le han dado merecido reconocimiento a este gran territorio central de Colombia.

La sociedad tribal que en sus inicios habitaba estas tierras eran los Pijaos, conformados por los Coyaimas y Natagaimas. 

Su territorio se extendía desde la actual ciudad de Ibagué hacia el sur, comprendiendo el Valle del Magdalena y gran parte de las cordilleras Oriental y Central. 

Estos primeros asentamientos constituyeron para el Tolima todo un patrimonio de características culturales y lingüísticas similares, que con el tiempo fueron silenciadas por la lucha de una querella perdida contra la esclavitud.

Todos  estos elementos matizan un nuevo período histórico cuya característica principal es la reconformación social y territorial, al igual que el surgimiento de luchas agrarias indígenas.

“El pasado no es pasado” 

Para Germán Cortes Tocarema, gobernador del resguardo indígena El Palmar, de Natagaima, “muchas cosas han cambiado, la educación antes era dirigida por nuestros abuelos que nos enseñaban a tener una relación con la madre tierra, a protegerla y no destruirla. 

“Sin embargo, hoy en día ya no se presenta esa situación porque la parte religiosa fue implantada. Ahora la tarea es recuperar ese pensamiento”. A raíz de esto, las comunidades indígenas intentan conservar hoy en día, algunas tradiciones que hacen parte de la cultura tolimense como el ritual a la chicha, a la cosecha del maíz y al dios Okoko. 

No obstante, para Cortés, aunque los grupos indígenas lograron salir adelante, aún existe mucha discriminación que los estigmatiza de brujos y personas con poco conocimiento por querer conservar su cultura ancestral y no adoptar la que por años se les ha impuesto. 

  La lucha de resistencia del pueblo Pijao ha sido admirable y digna, como bien lo diría el poeta Hugo Jamioy Juagibioy en su poema Yentsang quematsmënëng (no somos gente):

“(…) No somos pueblo venido de otros lugares, nuestras raíces son de aquí. 

“Somos árbol-hombre, somos gente, somos pueblo, nacidos del fondo de la tierra, árboles caminando por el lugar heredado de nuestros taitas, gente cuidando la armonía y equilibrio natural, pueblo construyendo la casa, para que nuestros hijos vivan felices y de manera natural”.

  No obstante, y como una idea implantada en sus raíces nativas, Cortés Tocarema, hijo de grandes caciques que dieron la vida por defender su pueblo Pijao, dilata su dolor que habla por un pueblo entero, “la madre tierra está enferma. 

“Por segundo, son varios 'chuzones' para sacar petróleo, megaproyectos, megaminería que perjudica nuestra existencia. En el día del Tolima, mis hermanos indígenas debemos pensar en recuperar nuestra cosmovisión, nuestra tradición, tenemos un compromiso con la madre tierra y una sola misión: amarla y quererla por siempre y para siempre.”

Organizaciones

Para la la antropóloga, Diana E. Oliveros "las ideas de Quintín Lame renacen a la sombra de la Asociación de Usuarios Campesinos, ANUC, pero sólo florecen con la consolidación del Consejo Regional Indígena del Tolima, CRIT, durante el Primer Congreso Indígena del Tolimá, en 1982. Si bien es cierto que anterior a esta fecha se llevaron a cabo importantes acciones de reivindicación cultural y unificación política, fue sólo con la conformación del CMI se consiguió canalizar los esfuerzos organizativos de las comunidades, que gradualmente lograrían mayor conciencia de su situación social, económica y cultural".


Actualmente existen cinco organizaciones encargadas de los resguardos indígenas en el Tolima que son el Consejo Regional Indígena del Tolima (Crit), Asociación de Cabildos Indígenas del Tolima (Acit), la Federación Regional Indígena del Tolima (Ficat), la Asociación Regional Indígena del Tolima (Arit) y las autoridades territoriales.

Comunidades

Al norte del Departamento, entre Mariquita y Fresno, vive una raza integrada por el resguardo de Bocaneme. 

Al sur de la región se encuentra el resguardo de Gaitania y la comunidad indígena de Barbacoas en Herrera, ubicándose en los municipios de Planadas y Rioblanco, pertenecientes a las etnias Pijao y Páez. 

Como comunidades civiles, aún habitan los Coyaimas y Natagaimas reconocidos en territorio de resguardo como los Tinajas en Natagaima y Paso Ancho en Ortega. 

En total, los resguardos y comunidades civiles de Pijaos suman 220 comunidades indígenas que se calcula en un promedio de 70 mil habitantes asentados en los municipios de Coyaima, Natagaima, Ortega, Chaparral y San Antonio.
Asentamientos

En el municipio de Coyaima se asienta el 49 por ciento del total de parcialidades del sur del Tolima, en su orden sigue el municipio de Ortega con el 32 por ciento y Natagaima 14 por ciento, el cinco por ciento se distribuye entre los municipios de Chaparral, San Antonio y Saldaña”.

Dato

Las tribus que conforman el pueblo Pijao eran: Cutivas, Ambeimas, Tumbas, Coyaima, Cacataimas, Yaragogoes, Poimas, Ataimas, Ambechos y Antoimas.

Credito
NATALIA RAMÍREZ

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