"Me daba pánico ser actriz", Matilde Lemaitre

EL UNIVERSAL
Como buena costeña, la actriz Matilde Lemaitre encanta con su espontaneidad y calidez. Lleva 13 años viviendo en Bogotá, pero es cartagenera de pura cepa. Todavía golpea algunas palabras, se come varias letras al hablar y brinda confianza al instante.

A sus 24 años hace parte del grupo de costeñas que está contagiando con su sabor y alegría a los colombianos noche tras noche.  La vemos interpretando a Karen, en la polémica serie Los tres caínes, de RCN. También ha participado en otros proyectos como Tierra de cantores, Quién eres tú y recientemente El golpe, una producción que ya se estrenó en Estados Unidos. 

Habló de su familia, de sus dos hermanas Stefany y Victoria, de la actuación, de sus temores más grandes y de sus recuerdos más agradables cuando vivía en Cartagena. 

¿Cuál fue su primera aparición formal en televisión? 

Fue en Amor, mentiras y video, una producción para RCN. Esa fue la primera novela que hice larga. Porque el resto siempre te dan oportunidad en capítulos y cosas. 

¿Cuándo decidió estudiar actuación? 

Eso fue hace rato. Estaba en el colegio, vivía en Bogotá. Decidí que quería ser actriz, pero que tenía que estudiar. Tomé distintos talleres y técnicas de actuación y poco a poco me fueron saliendo cositas. 

¿Qué recuerdos tiene de Cartagena cuando era niña? 

Un montón. Yo aquí jugaba mucho tenis, porque también quería ser tenista. Me acuerdo que me encantaba y  entrenaba muchísimo después del colegio. Estuve aquí hasta los 11 años. Luego trasladaron a mi papá a Bogotá y nos fuimos todos. Ya llevo 13 años viviendo allá.

¿Bajo qué valores la educaron sus padres?

Son unos valores muy bonitos. Siempre de familia. Siempre han querido que echemos pa’ lante. Siempre me han apoyado con lo mío. A cada una (somos tres hermanas) nos ha apoyado en nuestras decisiones. Nunca hemos tenido líos con lo que quisimos estudiar. No inculcaron ser muy familiares, muy sencillas, humildes y agradecidas con las personas que nos brindan ayuda. Son en realidad valores muy costeños.

¿Qué implica para usted ser actriz?

Es un oficio común y corriente, como cualquier otro. Lo diferente es que en un trabajo de pantalla siempre va a ver comentarios alrededor.

¿Hubo algún motivo particular por el que se decidiera por ese oficio?

Siempre me llamó la atención desde chiquita. Más que un trabajo era un juego. Me la gozo cuando estoy grabando. Trato de aprovechar cada escena. Lo que más me gusta es tener la posibilidad de interpretar personajes que se alejan a lo que es uno, dándole un poquito de ti.

¿Rechazaría algún papel que vaya en contra de sus principios?

Eso es lo chévere: que uno no entre a juzgar al personaje. Al contrario, comienza uno a entender las situaciones de la gente. De eso se trata.

¿Cómo define su personalidad?

Soy tranquila. Me considero buena gente. No soy grosera. Eso es lo único que me desespera, la grosería. Soy relajada. No soy estricta.

¿Qué sería lo mejor que le podía ocurrir profesionalmente?

Que me sigan dando trabajo sea aquí o en el exterior. Sería muy feliz de trabajar por fuera.

¿Qué lugar ocupa la familia en su vida?

Es lo más importante. Es lo único que tengo.

¿A qué le tiene miedo?

Tengo muchos miedos. Suena contradictorio, pero le tenía pánico a ser actriz. Me acuerdo que cuando tuve mi primer casting me daba pánico. Comprendí entonces que entre más estudies más seguridad vas ganando. Ahora me siento más tranquila, aunque no dejo de ponerme nerviosa antes de empezar un nuevo proyecto.

¿Por cuál actor o actriz colombiana siente admiración?

Hay tantos actores tan buenos en Colombia. Los tres con los que estoy trabajando (Julián, Elkin y Gregorio) son muy buenos. Además, están Cristina Umaña, Angie Cepeda, Diego Trujillo y Carmen Villalobos, entre otros.

¿Cómo se ha sentido trabajando en la serie Los tres caínes?

Ha sido una experiencia fantástica. En especial por los tres protagonistas: Julián Román, Elkin Díaz y Gregorio Pernía, que son grandes actores y muy buenas personas. Me la he llevado muy bien con Julián, que es con quien más me toca actuar; Elkin, también es muy querido. Siempre le dan a uno muchos consejos y lo ayudan con ciertas escenas. He estado, a veces, angustiada con que tengo una escena complicada y ellos me han ayudado. Te sacan algo chévere. Entonces, ha sido muy interesante trabajar con ellos por eso.

Si no hubiera logrado ser actriz, ¿Qué cree que estuviera haciendo?

Me habría encantado ser periodista. Me gusta mucho y ahora mismo estoy en stand by en la Javeriana estudiando Comunicación Social.

¿Qué le disgusta de su personalidad?

A veces soy muy explosiva.

¿Tiene algún prototipo de hombres con los que sale?

En este momento estoy muy tranquila. No tengo ninguna preferencia de nada.

¿Qué no le gusta de su oficio?

Lo harto de esta profesión es que empiezas un trabajo; y, pues chévere, pero una vez acabas, te toca empezar nuevamente a buscar trabajo. No es estable.

Credito
EL UNIVERSAL

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