“Dos años han sido suficientes para que los desechos orgánicos de un criadero de cerdos hayan contaminado el agua; la comunidad está alerta por estas contaminaciones, ya que están afectando la salud y la tranquilidad de ellos”, dijo Israel Peñuela, habitante de la Balestrera.

Mencionó que “el agua desemboca a poco metros de mi finca y se estanca entre las rocas y bolsas viejas que han sido arrastradas por la corriente”.

Hace un año la Junta de Acción Comunal presentó un derecho de petición a Cortolima, esta entidad realizó dos visitas; el propietario del criadero de cerdos se comprometió a solucionar la forma en que son arrojados los desechos.

“Pero pasó el tiempo y la situación empeoró y el dueño de los cerdos no cumplió con la medida ambiental”, dice Peñuela.

Agregó que “la semana pasada me dirigí a Cortolima nuevamente y pregunté por el proceso, recibí por respuesta que la sentencia le faltaba la firma del jefe jurídico”.

Actualmente la comunidad de la Balastrera sigue esperando que Cortolima solucione esta emergencia ambiental, pues han tenido inconvenientes de salud y los niños presentan problemas respiratorios.