Hombre y biodiversidad han coexistido desde el primer instante de la creación humana. La naturaleza ha sido el medio de sustento del hombre, desde tiempos primigenios. Pero la acción depredadora del hombre es considerada hoy la primera amenaza para la naturaleza misma, para el cosmos, para el planeta entero.

El entorno natural está conformado por diversos ecosistemas que nos dispensan bienes y servicios ambientales necesarios para la existencia humana: agua, alimentos, materia prima para generación de productos agrícolas e industriales.

Dentro del recurso forestal, los bosques contribuyen a mantener el equilibrio entre fauna y flora, a mantener la riqueza hídrica y sostener el equilibrio adecuado del clima. De los bosques obtenemos el aire puro ( CO2, carbono) que nos da la vida, también explotamos la madera y el ecoturismo. Cuando se comenzó a hablar del cambio climático causado por la tala indiscriminada de los bosques, por la contaminación y extinción del recurso hídrico, por la reducción de la capa de Ozono, se puso en evidencia que la supervivencia de la humanidad estaba en peligro.

Desde entonces las organizaciones científicas y ambientales se han ocupado de mejorar la relación hombre - bosques, mediante la promoción de prácticas ambientales sostenibles y a trabajar en programas de generación de energía a partir de fuentes renovables.

En Colombia, el 78% de la generación eléctrica se basa en la hidro-energía y los efectos del cambio climático, de fenómenos como El Niño, del déficit hídrico, principalmente en las zonas más pobladas del país, además de la contaminación de las fuentes de agua y la deforestación anual de hasta 337 mil hectáreas, hacen imperiosa la necesidad de conservar los bosques como estrategia para la sostenibilidad ambiental, económica y social del país. En 2014 surge en Colombia el programa BIBO, una iniciativa del sector privado que tiene como objetivo difundir campañas masivas de siembra de árboles y de reforestación lo que es calificado por sus entidades auspiciadoras como “Soy Colombiano” y Fundación Natura como un compromiso de vida por lo cual desarrolla acciones enfocadas a hacer conciencia y sensibilización en torno a la gravedad del cambio climático con el fin de que todos cuidemos los bienes y servicios de los bosques.

¿Sabes qué huella de carbono estás dejando?

 La huella ecológica es una herramienta de medición de contabilidad ambiental que ayuda a saber el nivel de sostenibilidad en el que se encuentra un país. Para efectuar esta medición se utilizan dos indicadores: la huella ecológica y la biocapacidad, que es la cantidad de recursos biodisponibles comparada con la demanda, consumo y gasto de recursos utilizados en alimentación, vivienda, transporte, bienes y servicios. Mediante la huella ecológica sabemos si estamos viviendo de acuerdo con los límites del planeta y evaluamos, al mismo tiempo, el impacto sobre nuestra bio capacidad regional, local o personal. 

¿Qué es la huella de Carbono?

Es un indicador que se obtiene a través de un breve test o inventario con el que se calcula la producción de Gases Efecto Invernadero (GEI) generados por las diferentes actividades de personas, empresas, país, mundo. Estos se derivan de la producción de energía por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural. El resultado de ese impacto sobre el ambiente se mide en gramos, kilogramos o toneladas de dióxido de carbono equivalente a CO2e.