La travesía para conocer la famosa ‘Agua de Florida’

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Con la llegada del nuevo año vuelve el calendario Bristol y a florecer los recuerdos de los famosos productos de belleza que usaban los abuelos, bisabuelos y tatarabuelos.

De niño siempre vi en la casa de los abuelos el famoso calendario pintoresco de Bristol, en su interior números, símbolos, poemas, y yo en esa época solo leía las tragicomedias en ocho cuadros.

Pero también había algo que se me hacía extraño y eran unos nombres raros, Murray & Lanman, Jabón de Reuter (en su momento conocí el jabón Paramí), el Tricófero de Barry y otros productos que ya no aparecen en el calendario, una zarzaparrilla, etc.

Hace unos días, y como para esta fecha es común encontrar a la venta el famoso Calendario de tapas naranja con el retrato de Cyrenius Chaplin Bristol, quien según la historia comenzó a publicar el librito desde 1832, volví a ver la publicidad con fotografías a blanco y negro y la leyenda ‘Agua de Florida’.

Volvió la curiosidad y comencé a indagar sobre estos productos, por supuesto, a la primera que le pregunté fue a mi abuela, quien me contó algo acerca de la famosa ‘Agua’, que utilizaba mi bisabuela Evangelina.

Según mi abuela ‘Lola’, cuando a ella le daban fuertes dolores de cabeza, su mamá le aplicaba este líquido en la frente y le hacía masajes y su efecto refrescante hacía que desapareciera el malestar.

Imagen eliminada.

Decidí preguntarle a otras personas y compañeros de trabajo, y los de un poco más de edad me aseguraron que aquella loción que no habían vuelto a ver, era la que usaban los caballeros de la época después de afeitar o para hacerse masajes en el cuerpo o para poner los pies en agua con algunas gotas de este tónico.

Una maravilla, es lo que la mayoría de personas me respondían sobre este producto, pero nadie había vuelto a ver o comprar la botella del milagroso líquido.

Así fue que decidí hacer un recorrido por las principales droguerías, farmacias, almacenes de químicos y belleza, preguntando por la loción, el jabón y el ‘Barry’s Tricopherous’.

De estos dos últimos productos, que aparecen en la revista de 184 años de circulación continua, supe que el jabón, aparte de limpiar, es bueno para refrescar el cuerpo y apto para la afeitada. El tricófero es una loción capilar que estimula el crecimiento del cabello, darle brillo y mantenerlo saludable.

Sin rastro del agua

El primer sitio que me indicaron y al que fui, fue a la farmacia Colony, las empleadas conocían el producto, pero que ya no lo vendían; el alza del dólar hizo que desde hace seis meses no volvieran a importarlo desde Nueva York, donde quedan los laboratorios Lanman & Kemp.

Con el Bristol en la mano me fui a las droguerías que aparecen impresas en el cuadernillo y que son las habilitadas para su venta; al menos a las que fui en el centro de Ibagué, no las vendían.

Juan Carlos, el vendedor del Almacén Químicos la 14, me contó las bondades que tiene la famosa Agua de Florida, sobre los clientes, la mayoría personas de edad, pero al igual que en la Colony, el producto no lo han podido volver a importar.

Pero estos vendedores ofrecían algunas pistas, que en las plazas, en el almacén Tía, y durante ese recorrido, tampoco apareció la botella que solamente conocía impresa en la Bristol y en la Internet.

Cansado, pensativo y ya viendo que no iba a tener en mis manos el producto, pasé por la calle 19 donde venden productos esotéricos. Al ingresar a uno de ellos, ‘La Pajarera’, brillaron en su estante varias botellas con un color verde esmeralda, una estampilla plateada y la etiqueta que rezaba: ‘Agua de Florida’.

Volvió mi alma al cuerpo, la búsqueda había terminado y por fin conocí la botella. Estaba en varias presentaciones, grandes, medianas, pequeñas y que sirve para todos los usos, también esotéricos.

Germán Pérez, administrador del almacén, también me contó todas las bondades de esta ya milagrosa ‘Agua’, la que hasta el momento pensé usaban solamente las personas de edad, pero al contrario, se la aplican algunos muchachos para atraer el amor.

“Este es un producto norteamericano (también fabricado en Perú), es de alta calidad, sirve para los que quieren abrir sus hogares al progreso y a la abundancia; para los estresados o quienes quieren mejorar su estado anímico.

“Solamente es hacer un baño con algunas gotas y se nota su efectividad; yo la uso porque tiene componentes que me ayudan para poder desempeñarse bien en los quehaceres diarios. Atrae la suerte y el dinero; la usan como fines curativos y también para después de afeitar”

Con mi botella en la mano, me fui a casa de los abuelos y al enseñarle la botella a la abuela Lola y al abuelo Vicente, sonrieron, recordando quizás los tiempos en que la usaban y volvieron las anécdotas de esta ‘Agua de Florida’.

Credito
ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS

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