Skate Plaza pendiente de un sello para su entrega definitiva

FOTOS
Con una prueba de iluminación el consorcio San Roque, contratista del Proyecto Skate Plaza, culminó la última fase para la entrega de la primera etapa del parque a la Gestora Urbana.

Luego de casi dos años de que la Gestora Urbana diera viabilidad para iniciar el proyecto que duraría nueve meses, hasta el momento no ha sido entregado por parte del contratista.

Según Reynel Quevedo, representante legal del consorcio San Roque, “tuvimos una demora no por culpa del consorcio, sino por las entidades encargadas de tramitar el respectivo permiso que requería la aprobación del diseño eléctrico por parte de Enertolima; hasta junio salió la aprobación de los planos y procedimos a hacer el empalme que consistió en colocar un transformador de 45 KVA solo para este proyecto”.

El parque cuenta con 73 reflectores y 26 luminarias de 180 voltios, además, las bombillas de las unidades eléctricas están diseñadas para una duración de 50 mil horas, más o menos unos 10 años.

Este sistema eléctrico tendrá programado un horario de servicio de encendido y apagado que será determinado por la entidad. Posiblemente, según lo socializado con la comunidad, desde las 6 de la tarde hasta las 10 de la noche se prestará el servicio de iluminación al parque.

Prórrogas en el contrato de la obra

El 28 de agosto de 2014 fue adjudicado el contrato al consorcio San Roque para que ejecutara el proyecto “Construcción de la primera etapa del escenario deportivo y recreacional Skate Plaza, ubicado entre las carreras Sexta bis y Séptima entre calles 11 y 12 de la ciudad de Ibagué”, por un valor de mil 489 millones de pesos con un plazo de ejecución de nueve meses.

Luego de empezar los trabajos, el Consorcio encontró una serie de dificultades en el terreno como la aparición de pozos y redes no previstas en los planos iniciales debido a la desactualización de los mismos, la existencia de árboles con raíces de gran tamaño, e Infibagué recomienda al contratista un nuevo diseño en iluminación con tecnología Led.

Debido a esto, la Gestora Urbana efectúa una adición al valor del contrato por 522 millones de pesos para cubrir las nuevas actividades necesarias para la correcta ejecución de la obra.

De manera posterior, el contratista elabora un cronograma donde determina los tiempos necesarios para la terminación de las actividades del proyecto, en especial el cambio de diseño eléctrico conlleva a solicitar una prórroga de dos meses para culminar la obra.

Sin embargo, no sólo esas fueron las razones de las demoras en la entrega. Dos habitantes del sector donde se ubica el parque interpusieron una demanda ante el Juzgado Tercero Administrativo en la que solicitaron la suspensión del contrato suscrito entre la Gestora Urbana de Ibagué y el consorcio San Roque.

Fundamentaron que se estaba desarrollando sin previo aviso a la comunidad y sin los permisos legales para llevarlo a cabo, además aludieron una posible amenaza al recurso natural arbóreo.

No obstante, el 29 de abril de 2015 el Juzgado Tercero resuelve negar la medida cautelar de suspensión provisional del contrato.

Luego, el entonces procurador Ambiental y Agrario, Ernesto Cardoso Camacho interpone un recurso de reposición contra la resolución del 29 de abril argumentando una posible amenaza al derecho fundamental colectivo, al talarse la cantidad de árboles allí existentes. El Juzgado Tercero resuelve el 22 de mayo confirmar la decisión proferida en el auto anteriormente interpuesto.

Conforme a esto, Reynel Quevedo aseguró: “La comunidad se nos estaba viniendo en contra y nosotros sólo nos presentamos a una licitación y ejecutamos un proyecto”.

Y luego, añadió: “se puede observar que el plazo de ejecución fue nueve meses y nosotros este tiempo lo cumplimos”.

Tras la respuesta a última demanda, el Consorcio continuó realizando normalmente la obra hasta darla por terminada entre enero y febrero de este año.

¿Qué falta para entregar la obra?

El representante legal afirma que sólo hace falta un sello de Enertolima para hacer la entrega del parque Skate Plaza a la Gestora Urbana.

“Estábamos pendientes de que Enertolima nos autorizara el empalme del contador trifásico 45 KVA, ya hicimos el empalme, colocamos la central de mando y estamos a la espera de una certificación del Retilak y el Retie, lo cual lo hace un ente supervisor, una vez tengamos esa certificación la radicamos nuevamente en Enertolima y ellos proceden a venir a colocarle el sello al transformador y al contador de la luz”.

Según María del Pilar Hurtado, gerente de la Gestora Urbana, sólo recibirán la obra si cumple con las peticiones contractuales. “Todo depende de la certificación, porque la da una persona externa. Cuando nos den a nosotros la certificación, nosotros empezamos a hacer el proceso de recibo de obra. Si eventualmente hay algo que no está a satisfacción, nosotros tenemos que hacerle la respectiva observación al contratista y este entrará a hacer la corrección que haya que efectuar y después se recibe una vez que nosotros comprobemos que está todo lo que se contrató”. Luego de casi dos años, posiblemente al finalizar la otra semana entrará en servicio en su totalidad el parque Skate Plaza.

Reynel Quevedo asegura que pese a haber finalizado casi por completo la obra, la Gestora Urbana adeuda al Consorcio el 22 por ciento de la obra, casi 430 millones de pesos.

Siguen los conflictos tras este proyecto

Aunque la obra no se ha entregado, los jóvenes ya hacen uso del parque generando conflictos con la comunidad. Habitantes del sector que prefieren no revelar su nombre por seguridad afirmaron que hay delincuentes que están comprando patinetas para poder consumir drogas o para hacer inteligencia a ver qué casa pueden robar.

Y denuncian que el parque aún no está en las condiciones para ser entregado, muestra de ello son las varillas de acero que sobresalen del suelo convirtiéndose en un riesgo para los deportistas.

El concejal Pedro Mora asegura que los conflictos se deben a la no reglamentación en el uso del parque: “Eso lo dejaron poner en actividad sin ninguna restricción, el tema es bastante delicado. Tienen que tomar medidas y reglamentar el uso. Pues como está abierto, la gente hace lo que quiera ahí”.

Credito
DIANA MELISSA DELGADO - ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

Comentarios