El hombre de la montaña

DIANA MELISSA DELGADO - EL NUEVO DÍA
Hasta el momento él, junto con sus hijos, se ha encargado de sacar 25 bultos de escombros de plástico, vidrio, enlatados e indumentaria que los montañistas desechan a su paso por el glaciar.

Durante 20 años José Alirio Ruiz Velásquez ha velado por los recursos naturales de su territorio e izado la bandera del Tolima como símbolo de respeto pero desde hace tres empezó a recoger la basura dejada por los montañista en el Nevado del Tolima.

Su interés por cuidar y proteger el glaciar nació luego de unos incendios que se presentaron por la escasa presencia de tolimenses y los engorrosos permisos que debían solicitar a los otros departamentos para transitar por la cumbre, lo que motivó a este hombre a izar la bandera y cantar el Bunde en Termales del Cañón, a 3.800 metros sobre el nivel del mar.

Hace más de tres años, José Alirio, junto con Asopáramo y la Universidad del Tolima, hizo una jornada de limpieza del nevado, en donde recogieron y reciclaron la basura dejada por los montañistas.

Luego, por una motivación que supera sus condiciones de salud, sigue recogiendo la basura a una altura de más de cinco mil metros. Su amor y respeto por el territorio conducen a este hombre y sus hijos en un viaje para conservar un glaciar que poco a poco ha ido desapareciendo.

La ruta de la basura

Su travesía inicia a la 1 a.m. en la plaza de la 21, donde trabaja vendiendo frutas. Desde el día anterior alquila una habitación en la ciudad, pues su hogar se ubica en la vereda Pastales, allí alista todo su equipaje y compra los costales a sus compañeros de trabajo en la galería, con quienes recogerá la basura en su recorrido por el Nevado.

Previamente ha alquilado un carro que los llevará a él y alguno de sus hijos a Juntas con todo su equipaje. Dado que necesita viajar a esa hora de la madrugada, solo consigue transporte en la ciudad.

“Yo llevo maletas, camping, pasamontañas, dos pares de zapatos, uno para caminar de la ciudad para allá y otro para caminar en la montaña, que sean térmicos o plásticos. Llevamos las cabuyas, los costales, y compramos tapabocas y guantes para coger la basura”, dijo José Alirio.

Llegan a Juntas a las 3 a.m., ensillan cinco o siete mulas y una hora después inicia el viaje que podrá durar tres días, hasta alcanzar los cinco mil metros sobre el nivel del mar en un recorrido que va desde la quebrada Juntas hasta pasar por varios sitios como Nieves, La Escuela, Mesetas, Boquerón, Termales del Cañón, Cuevas de López y La Laguna del Encanto.

Entre riesgos

Todo el día asciende la montaña en medio de los riesgos que enfrenta con los cambios de temperatura, el cansancio y el hambre. José Alirio no puede comer enlatados, debido a que hace poco fue diagnosticado de cáncer. Cerca de las 5 p.m. llegan a Termales de Cañón donde descansa junto con sus hijos, quienes lo acompañan en este recorrido.

El rancho Termales del Cañón es el sitio de acopio de todos los escombros recogidos. Se localiza a 3.800 metros sobre el nivel del mar, siendo el único lugar que les permite almacenar las basuras por un tiempo, mientras las mulas las bajan a la ciudad.

Mientras llegan las 9 p.m. José Alirio, sus hijos y el dueño del Rancho se encargan de separar los residuos según su material, los empacan y alistan para luego bajarlos hasta el corregimiento.

Hacia las 4 a.m. empiezan a descender del Nevado, junto con las mulas cargadas de las basuras recolectadas durante el recorrido. Así, se han limpiado el norte y el oriente del glaciar.

Pormenores de la travesía

Para hacer el acopio de la basura, tarda tres días. Dicha labor la lleva a cabo cada dos meses y ya cumplió tres años recogiendo los residuos que turistas y montañistas dejan abandonados a su paso.

Con los 150 mil pesos que recibe del subsidio de adulto mayor, ha costeado los gastos de transporte en mula de los bultos de basura que recoge en su recorrido por el Nevado del Tolima.

El alquiler de cada mula cuesta cerca de 300 mil pesos ida y vuelta durante los tres días de viaje. El último viaje le costó un millón 500 mil pesos, que él mismo costea preocupado por el medio ambiente y el futuro del Nevado.

Sostiene que mientras su salud no se siga deteriorando, continuará desintoxicando la montaña sagrada del Tolima.

Credito
DIANA MELISSA DELGADO - ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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