Los 363 años de la fundación de Ataco

Parque principal de Ataco, adornado con el templo de Nuestra Señora de Lourdes. La parroquia se encuentra pastoralmente orientada por  el Presbítero José Henry Saavedra Peralta .
Crédito: SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Hoy 19 de Marzo, día de San José, en el año de 1657 y, en una estribación de la cordillera Central, llamada Balsillas, Don Diego de Ospina y Maldonado, funda un asentamiento que se llamaría “San José de Ataco”.
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Los españoles, en algunas ocasiones bautizaron sus fuertes con el nombre del santo de el día, complementádolo con un calificativo relacionado con los aborígenes de la región. Así lo hicieron en muchas regiones. De allí sale la denominación de San José de Ataco.

De otro lado, la tradición oral popular dice que el nombre de Ataco proviene de dos caciques que poblaron la región: el cacique Atá y su compañera Ico que, “habitaron las riberas del Saldaña”. Lo único cierto es que, estas dos denominaciones no aparecen en publicaciones como “El Diccionario Indio del Gran Tolima” (1952), escrito por el reconocido historiador y presbítero Pedro José Ramírez Sendoya.

Al poco tiempo de establecido, el peninsular De Ospina y Maldonado, deja encargado del fuerte a miembros de su expedición y se dirige a el nororiente, donde funda en 1664 la hoy llamada “Villa de las Palmas de Nuestra Señora de la Concepción de Purificación”. Los compañeros de su correría, y debido al constante asedio de los grupos pijaos que habitaban el sector, deciden trasladar el asentamiento al sitio que hoy actualmente ocupa: el vértice inferior donde se unen la quebrada de Paipa y el río Saldaña.

Fue la Orden de los Franciscanos, la que con el propósito de evangelizar a los indígenas de la región, establecieron los primeros plantíos de “pancoger” que, orientaron principalmente hacia el cultivo del cacao. Ésos sembrados fueron dirigidos por Fray Carlos Ventura de Muela y Ovalle, según crónicas de finales del siglo XVIII y, se ubicaron de la quebrada de Paipa hacia el Oriente.

La banda de músicos del pueblo, cruzando el río Saldaña hacia la Hacienda de Santa Rosa, en el municipio de Chaparral (1910 ).

Éstos vergeles aparecen registrados oficialmente, a mediados de 1888, en acta de visita realizada por Don Moisés Higuera, en su calidad de Obispo y Deán de la santa iglesia Metropolitana de Santafé de Bogotá, en expedición encargada por el Ecmo. y Rev. Señor Doctor Telésforo Paúl, Arzobispo Primado, “con el propósito de acreditar una vez más, su derecho de dominio y usufructo de las citadas tierras”, tal y como lo menciona el estadígrafo Héctor Villegas, en el Anuario Estadístico Histórico-Geográfico de los Municipios del Tolima en 1958.

Para la época, la Real Audiencia de Santafé de Bogotá , había dividido el territorio de lo que hoy es Tolima, en dos provincias: la de Mariquita al Norte y la de Neiva, ubicada al Sur.

San José de Ataco quedó localizado en la parte Norte de la provincia de Neiva, colindando a través del río Saldaña, con la parte Sur de la Provincia de Mariquita, hoy Municipio de Chaparral. En este sector, de lado y lado, existían tres asentamientos de importante población indígena: Coyaima, Natagaima y Ataco. Tanto Natagaima en 1608, como Coyaima en 1621, habían sido fundadas por el noble español, Don Juan de Borja y Armendía.

Don Juan, quien fuera Presidente de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá durante 22 años, siempre estuvo muy atento a la riqueza aurífera de la región.

El tema del oro, ha estado permanentemente presente en el municipio de San José de Ataco y sus alrededores. Tan es así que, para el año de 1760, siendo estas poblaciones gobernadas por Don Pedro de Iriarte y Cisneros y, teniendo como corregidor a Francisco Javier de Vargas Matajudíos, en informe que dirigiera el Corregidor al Gobernador, se encuentra lo siguiente: “En 1759 pagaron tributo a la Corona Española 514 indios de su jurisdicción y se recogieron 1.542 castellanos de oro en polvo, por tributos de un año. También se recogieron 32 castellanos y un tomín de dicho oro, por el salario de dicha protecturía”. El llamado “Real de las Minas del Saldaña” en Ataco, aparece mencionado frecuentemente en libros que, sobre la historia de Neiva, ha escrito el profesor Hernán Clavijo Ocampo, destacado académico de la Universidad del Tolima.

De igual forma, el Prof. Clavijo en investigaciones ya editadas, refiere sobre una trasformación de “fragmentos de la élite criolla raizal en latifundistas ganaderos al sur del río Saldaña”, como lo ilustran las familias Caicedo y Ricaurte a comienzos del Siglo XVIII. Precisamente, en el “Libro de bautizos de esclavos” de la parroquia de San José de Ataco, aparece como primer bautizado un niño, con el nombre de “Juan Elisio”, hijo de una pareja de trabajadores de Doña Clemencia Caicedo y Flórez.

Esa “flor y nata” latifundista fue entrelazándose familiarmente y de allí salen figuras como Asisclo Molano, quien fuese uno de los firmantes de la Constitución de 1886, a nombre del Estado Soberano del Tolima. El coronel Román Villa, casado con la gran benefactora doña Luisa Rengifo, desempeñó así mismo, un papel preponderante el grupo de los “Conservadores Históricos” de la llamada Guerra de los Mil Días.

A partir de 1900, “el Ataco” como se le dice familiarmente, se convirtió en un gran polo de desarrollo agrícola en la región. El tema del café, fue adquiriendo un papel protagónico en la cordillera atacuna, con una destacada producción del grano en sus inspecciones de Planadas, Santiago Pérez, Sur de Atá, Gaitania y Bilbao. El casco urbano, se convirtió en importante centro de acopio de la moca que era “embarcada” en balsas hacia las trilladoras de Girardot.

Hoy en día, tanto Miller Aldana Castro, en su calidad de burgomaestre municipal, como el Honorable Concejo Municipal de Ataco, están en la búsqueda de rescatar la memoria histórica de su municipio y dejar así, un importante legado a las nuevas generaciones.

Grupo de niños pertenecientes a las familias Patarroyo Murillo, Rengifo y Rodríguez Murillo, frente a la antigua iglesia de San José de Ataco. El templo fue inexplicablemente demolido en 1968.

“El Bicentenario atacuno”

En el año de 1978, a un grupo de dirigentes del Municipio, se les ocurrió celebrar el “Bicentenario” de éste y, escogieron la fecha del 10 de octubre de ese año, para celebrar la connotada efemérides. Se promovió, según los organizadores, el nombre de un “italo-español” -como lo definieron- llamado Alonso Fuenmayor, para que ejerciera como fundador del municipio.

 

Al respecto, bien vale aclarar varios puntos:

1- Don Alonso Díez de Fuenmayor (como en realidad se llamaba) no era italo-español. Había nacido en la provincia española de Navarra en 1518, casó con una hija de Sebastián de Belalcázar llamada María en 1542 y, falleció en Santiago de Cali, en el año de 1604.

2- Al celebrar el “Bicentenario” de Ataco en 1978, se asume que la población fue fundada 200 años atrás, en 1778. Para ese año, ya, Don Alonso Díez de Fuenmayor, tenía 174 años de haber fallecido. Luego, en resumidas cuentas, ni lo uno, ni lo otro.

*Politólogo de la U de los Andes. Miembro de la Academia de Historia del Tolima.

El poeta Martín Pomala (Jesús Antonio Cruz ) nacido en Ataco en 1884 y fallecido en Ibagué en 1951. Considerado como uno de los más grandes vates del Tolima.

 

Credito
HUGO PATARROYO MURILLO* ESPECIAL PARA EL NUEVO DÍA

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