La realización de los Novenos Juegos Atléticos Deportivos Nacionales de 1970, el Campeonato Colombiano de Ciclismo en Pista de 1973, las competencias como subsede de los Decimoterceros Juegos Deportivos Nacionales de 1988, el Vigesimocuarto Sudamericano de Natación categoría juvenil de 1997 y los Vigésimos Juegos Nacionales de 2015, han sido solo algunas de las justas deportivas más significativas que ha organizado la capital del Tolima durante las últimas cinco décadas. 

Haber sido sede y subsede de tres ediciones de Juegos Nacionales, constituye un logro significativo para la ciudad en materia deportiva, a pesar de las dificultades y esfuerzos que se han tenido que afrontar para su realización. 

IX Juegos Atléticos Deportivos Nacionales de 1970: La gestión de la sede

En 1960, el gobernador del Tolima, Alfonso Palacio Rudas anunció que no había presupuesto para enviar delegación del Tolima a competir en los Octavos Juegos Nacionales que se llevarían a cabo en Cartagena.

La noticia fue mal recibida por los deportistas y dirigentes tolimenses que tenían entre sus planes solicitar la sede de la siguiente edición del certamen para Ibagué. La preocupación no solo radicaba en no asistir a esa versión de las justas, también lo era el hecho de que para poder solicitar la sede del próximo evento, participar en la edición de 1960 era un requisito. 

Gracias a la gestión iniciada por Humberto González, Jorge Castillo, Luis Esteban Guarnizo e Ignacio García Buenaventura, un conjunto de deportistas y dirigentes regionales considerados pioneros del deporte en el Tolima, se logró que la Asamblea Departamental, por medio de una ordenanza, asignara un auxilio de $60 mil pesos y enviara delegaciones para competir en tejo, básquet y fútbol.

Clausurada la octava versión de los Juegos en Cartagena, Ibagué disputó junto a Pasto, Cúcuta y Pereira la sede de las siguientes competencias. Luego de la primera ronda de votación, Pasto no siguió participando y dio su voto a Ibagué, que junto a Pereira disputó hasta último minuto la sede, hasta cuando los votos de los departamentos de la costa, el de San Andrés y Antioquia le otorgaron a la capital tolimense el honor de ser la ciudad organizadora de la siguiente versión del evento deportivo más importante de Colombia. 

Los Escenarios

Para aquella época la ciudad atravesaba días difíciles a raíz de la violencia que azotó al Tolima desde finales de la década del 40, dejando miles de muertos y familias campesinas desplazadas y asentadas en invasiones que luego se convirtieron en barrios tradicionales de Ibagué.

Eran épocas aciagas, de modo que celebrar la fiesta de los próximos Juegos Deportivos Nacionales era una especie de bálsamo para las personas que empezaban a curar las heridas de la guerra. Se trataba de un efecto parecido al que se había observado durante el desarrollo del primer Festival Folclórico Colombiano, una fiesta popular que ayudó a calmar un poco la tristeza y el miedo causados por el rigor de la violencia de aquellos días.

Para hacer posible este evento fue necesaria la construcción de grandes escenarios deportivos como la Villa Olímpica, ubicada sobre la calle 42 con carrera quinta. Allí se ubicaron el complejo de piscinas olímpicas y el coliseo Enrique Triana Castilla; el Parque Deportivo en la avenida Pedro Tafur, el coliseo de la Universidad del Tolima y la  adecuación de la pista atlética e iluminación del estadio San Bonifacio (hoy Manuel Murillo Toro). 

Infraestructura hotelera y de vivienda

A la par de los escenarios, se requería infraestructura hotelera. Fue así como la Beneficencia del Tolima construyó el hotel Ambalá, que junto a un complejo de apartamentos en cercanías a la Villa Olímpica, denominado Villa “Metaima”, lugar donde, según algunos periodistas, las delegaciones contaban con despertador cada hora debido a que estaba ubicada sobre el ferrocarril, sirvieron para albergar deportistas y delegaciones de todos los departamentos, intendencias y comisarías que arribaron a la ciudad durante aquel diciembre de 1970. 

La competencia tuvo que ser aplazada en dos ocasiones debido a dificultades con la terminación de los escenarios. En 1967 un gran número de personas bloqueó la salida de la Vuelta a Colombia desde Ibagué, evento que para aquel entonces era masivo, con el fin de presionar la terminación de los escenarios deportivos en la ciudad.  

Los locutores de RCN, Caracol y Todelar informaron, durante la transmisión en directo de la Vuelta a Colombia, acerca de la protesta que se llevaba a cabo en cercanías al parque Murillo Toro. La presión surtió efecto. El entonces presidente de la República, Carlos Lleras Restrepo, se puso al frente de la situación y destinó los recursos para la terminación de las obras. 

El 11 de junio de 1970, desde Cartagena partió el fuego olímpico que recorrió durante seis meses todo el país hasta llegar a Ibagué el sábado 5 de diciembre, a la una de la tarde, procedente de Neiva para la pre-inauguración de los Novenos Juegos Atléticos Deportivos Nacionales. 

Sueño realizado: la inauguración de los Juegos

A las 5:00 p.m. del domingo 6 de diciembre de 1970 el presidente de la República, Misael Pastrana Borrero dio inicio al certamen en el que participaron 2193 deportistas de 25 secciones del país para competir durante 15 días en 14 disciplinas. 

En su discurso, el presidente Pastrana expresó lo siguiente: “Jóvenes de Colombia: de vosotros depende que éste sea un país en justicia o un país en frustración: un país solidario o un país fragmentado por mezquinos conflictos; un país en marcha o un país cansado”   

Dieciséis salvas de artillería disparadas por soldados del batallón Rooke y la interpretación del Bunde Tolimense, fueron la antesala de la ceremonia de ignición del fuego olímpico en el pebetero del entonces moderno estadio San Bonifacio. 

La ceremonia 

Más de 500 damas participaron en el montaje de la coreografía que estuvo a cargo del experimentado Ernesto Aramendiz Salvador. Alrededor de 1200 jóvenes dieron lo que se denominó el saludo a la barra: “Bienvenidos deportistas colombianos” entonaron en una sola voz que retumbó en todos los rincones del escenario. 

De acuerdo con el diario El Tiempo de aquel día, era el premio al esfuerzo de muchos deportistas, dirigentes y demás ibaguereños que durante diez años trabajaron para organizar el evento que marcó una nueva etapa en la historia de dichas competencias.

El gobernador del Tolima, Rafael Caicedo Espinoza, presidente del Comité Organizador de los IX Juegos Nacionales 1970, saludó a todas las delegaciones y agradeció a los presidentes Carlos Lleras Restrepo y Misael Pastrana ya que durante ambos mandatos fue posible la realización del certamen. 

Luto durante los XI Juegos Nacionales

A pocas horas de dar inicio a la competencia y en medio de la alegría generada por la fiesta, un hecho trágico enlutó a la familia deportiva del país. Dos ciclistas de Cundinamarca, Jorge Buitrago y Manuel Cárdenas, murieron arrollados por un bus de Expreso Bolivariano que los embistió mientras entrenaban por la vía que de Ibagué conduce al corregimiento de Gualanday, en Coello. 

Aquel día salieron junto a tres compañeros a una sesión de entrenamiento. Los deportistas, que se preparaban para intervenir durante el evento, eran considerados promesas del ciclismo en su departamento. Buitrago, de veinte años, falleció en el lugar del accidente,  mientras que su compañero fue trasladado al hospital San Rafael de Ibagué, donde falleció a las 8 de la mañana del día siguiente. 

El desarrollo y la clausura

Los IX Juegos Nacionales se llevaron a cabo desde el 6 hasta el 21 de diciembre de 1970 y la construcción de escenarios deportivos costó aproximadamente $81 millones de pesos. Durante 15 días de intensas competencias, se cumplió con las expectativas de la familia deportiva nacional. El broche lo puso la delegación de Antioquia al obtener el título en fútbol y béisbol. Tolima terminó cuarto en la tabla general de medallería. 

A las cuatro y media de la tarde del 19 de diciembre de 1970 se dio clausura a los mejores Juegos Nacionales de la historia. La nostalgia invadió a las delegaciones que durante su estadía en Ibagué se sintieron como en casa.

Deportistas, periodistas, dirigentes y asistentes en general al certamen, destacaron la excelente organización y advirtieron que si la sede de la próxima versión del evento quería superar a Ibagué, tendría que hacer enormes esfuerzos. Una vez terminado el evento, la mirada se posó en la próxima cita deportiva que se llevaría a cabo el siguiente año durante los Juegos Panamericanos de 1971 en Cali. 

La mejor imagen ante el país

A Ibagué le quedaron unos escenarios de primera, algunos desarrollos en infraestructura vial, hotelera, de vivienda y servicios y la mejor imagen ante el país. La logística y atención fue tan favorable que la prensa anunció la postulación de Ibagué como sede de los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe 1974. Dicha aspiración contó con el apoyo del Gobierno Nacional a través de Coldeportes. 

Finalmente la sede de ese certamen fue adjudicada a la ciudad de Santo Domingo, en República Dominicana. Pese a no ganar la organización de un evento internacional, la ciudad fue tenida en cuenta como subsede, junto a Montería, de la decimotercera versión de los Juegos Nacionales 1988, realizados en el eje cafetero 18 años después de organizar con éxito la Novena versión. 

FOTOS: FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS Y PERSONAJES DEL TOLIMA, MAURICIO VILA, GILBERTO LESMES, GERMÁN NIÑO, SILVIA JULIANA ORDUZ, LUCILA GIL VARÓN, MARÍA VICTORIA BONILLA VARÓN, JAIRO ARIAS PARA PERIODICO EL DERECHO, DIARIO EL TIEMPO, BUNDENET.