El primer sueldo: ¡que no se vaya todo en rumba!

Antes de que llegue siquiera el primer salario, muchos jóvenes lo tienen ya “empeñado” porque hacen promesas y se endeudan con el compromiso de pagar cuando por fin ese dinero trabajado llegue a sus manos. Pero, ¿cómo gastar inteligentemente ese primer sueldo?

Sí, es verdad: ¿quién no quiere disfrutar por fin de su primer salario, luego de haber recibido por tanto tiempo la mesada que los padres tenían estipulada para los gastos de estudiante?

Si antes las salidas eran restringidas por ese monto de dinero que los padres decidían, ahora el salario está ahí, listo para ser usado en lo que se quiera, ¡y en muchos de los casos lo que se quiere es rumba!


Es cierto que es el primer salario y que vale la pena darse unos gusticos, pero gastarlo todo en rumba quizá determine a dónde se irán los próximos sueldos.


“Parece mentira y muchos jóvenes dirán que no, que son capaces de controlar su sueldo, pero es increíble ver cómo muchos siguen en casa de sus padres luego de haber trabajado mucho porque esos primeros salarios los gastaron en rumba o cosas que no necesitaban”, explica Juan Carlos Otero, economista de la Universidad de Los Andes.


Pero, ¿en qué gastan los jóvenes su primer salario?

Diego, de 21 años y quien empezó a trabajar en la compañía de su papá, dice que lo gasta en ropa y salidas. “Voy con mi novia al cine, a bailar y compro ropa. Creo que aún puedo disfrutar de mi salario porque aún no tengo que asumir muchas responsabilidades”.


Ivana, de 22 años y pasante de una organización social, señala que gasta su salario, que por el momento no es mucho, en viajes, artículos personales, ropa y accesorios. “Gasto en mis cosas, aunque mis papás aún me llevan y me traen del trabajo. Cuando uno mira realmente, las mujeres tenemos muchos gastos”.


Camilo, de 20 años, recién graduado de la universidad y ya con un empleo como pasante en un bufete de abogados, señala que “el primer salario que recibí lo usé para comprarles regalos a mis amigos, a mi novia y a mis papás, quería sorprenderlos a todos. Ahora con el sueldo me compro ropa y tecnología”.


Camilo dice que le gustaría ahorrar, pero que siempre aparece algo que obstaculiza este propósito. “Siempre hay una rumba, una salida o algo interesante en qué gastar el salario”.


Aunque este primer salario no sea mucho, la administradora de empresas Laura Margarita Rodríguez señala en su blog que con el primer salario los jóvenes se sienten autónomos y tienen la falsa creencia de que dejaron de depender de sus padres.


“Los jóvenes creen que pueden darse lujos y vivir independientemente de los padres ya que con esos primeros salarios se pagan la rumba y la ropa que antes tenían que pedir, pero si realmente analizaran ‘que ya no dependen de los padres’, no podrían siquiera salir porque no saben que las responsabilidades financieras incluyen arriendo, servicios y objetos personales que aún les solventan los adultos”, explica el economista Juan Carlos Otero.


La psicóloga Lina Díaz señala que la forma como se emplea el primer salario tiene mucho que ver con las ganas de los jóvenes de demostrar que son adultos. “La sensación al recibir el primer salario es de egolatría: ya soy adulto, ya no dependo de mis papás. Los jóvenes reciben esos primeros salarios de manera emocional y su principal interés es hacer ver a los demás que ya son grandes y no necesitan de la supervisión paterna, que es el principal tormento económico de la adolescencia”.


Según la administradora de empresas, los jóvenes gastan en compromisos laborales (almuerzos en lugares cercanos a la oficina, integraciones con nuestros compañeros de trabajo); invitaciones a terceros (almuerzos, cenas, eventos); actividades de diversión (viajes, cine, fiestas, salidas de fines de semana, planes con amigos); compras (ropa, aparatos tecnológicos, regalos) y cuidado personal (spa, peluquería, gimnasio).


Otero concluye como recomendación para los jóvenes que desde que reciben el primer salario deben tener en mente la idea de ahorrar. “La despreocupación de la juventud no debe ser una excusa para gastarlo todo inmediatamente. Priorizar y hacer un plan de gastos por cada gusto es la forma adecuada de empezar con pie derecho la vida económica”.


No significa que los jóvenes no puedan darse un gusto después de haber trabajado fuertemente y de haber enfrentado los retos de llevar una vida laboral donde lo más importante son los resultados.


Dentro de esa programación mensual o quincenal del salario también debe estar previsto un rubro que contemple la rumba, las salidas con los amigos o con la novia, la ropa, la tecnología de placer, incluso, hacer regalos y gastar en lo que se quiera. Eso sí, hay que ahorrar.


Credito
BELKYS P. ESTEBAN

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