La preparación del suelo

EI éxito de la formación de una pradera depende del conocimiento. Gran parte de los procedimientos requeridos no implican aumentar costos.

La Gerencia de Proyectos Estratégicos de Fedegán publicó la cartilla Paso a Paso, referida a la producción de forrajes, en la que esquemáticamente da a conocer a los ganaderos los pasos para obtener una buena formación de la pastura. Aquí, algunos apartes de la misma.

1. La preparación del suelo
Se inicia tomando muestras del suelo para su análisis de laboratorio. Con los resultados, un técnico especializado determina las cantidades de correctivos de cal y fertilizantes necesarios, de acuerdo con la variedad de las semillas elegidas para sembrar.

En el evento de requerirse la aplicación de cal, ésta se debe hacerse con una anticipación mínima de 60 a 90 días antes de la siembra, siendo necesaria su incorporación con rastra de discos pesada o arado de cincel para que pueda tener tiempo de ser absorbida por el suelo.


Si la cantidad del cal es mayor a tres ton/ha, se deben hacer dos aplicaciones, la primera antes de arar y la segunda antes de la primera pasada de la rastra niveladora.


Si es posible se debe rebajar el material vegetal existente, con el propósito de reducir los procesos de fermentación.

Después del primer paso de la rastra, para el caso de terrenos con algún desnivel, se deben trazar y levantar terrazas, siempre con el auxilio de un técnico especializado, como forma de controlar la erosión, en dichos terrenos con declive.

El primer movimiento del suelo es practicado con arado o rastra pesada (“rastra de discos pesada”), lo que tiene como objetivo incorporar todo el material vegetal existente en la superficie. Posteriormente se hace el desterronamiento del suelo, la nivelación de la tierra y la eliminación de plantas invasoras. Normalmente pasando dos veces la rastra pesada es suficiente.


La aplicación de los fertilizantes debe ser llevada a cabo antes de la primera rastra niveladora o entre la primera y la segunda, para que de esta forma se pueda incorporar el fertilizante al suelo.


2. Cuidados especiales
Fermentación
Es importante esperar que el material vegetal (como restos de pastos anteriores, etc.) se descomponga para que se incorporen al suelo antes de la siembra. Posteriormente se debe arar el suelo para poder incorporar el material descompuesto y en seguida se pasa la rastra niveladora, para acelerar el proceso de descomposición del material vegetal. Estas operaciones pueden ser desarrolladas durante el período seco, pero la descomposición ocurre en el período de lluvias, por causa de la humedad, dependiendo del material y de la cantidad, normalmente llevando de 30 a 90 días.

Si esto no ocurre, las semillas plantadas morirán par causa de los efectos de la liberación de sustancias como polifenoles, quinonas y diferentes ácidos, que son producidos durante la descomposición microbiológica del material vegetal en el suelo.


En un suelo muy arenoso, el exceso de preparación del suelo con maquinas pesadas suelta y pulveriza la tierra exageradamente, teniendo como consecuencia que el suelo se quede sin capilaridad (no retiene humedad).


Los suelos en donde la tierra es poco suelta, como es el caso de la huella que deja el tractor, la ger­minación de la semilla es mejor debido a que la humedad se conserve.


Una preparación bien hecha, utilizando la rastra niveladora para la terminación y dejando el suelo más estructurado, hace que se retenga más humedad. Con lo anterior, la semilla absorbe más humedad, completa su proceso de germinación y permite que la raíz se desarrolle adecuadamente.


Siembra
La mejor época de siembra es durante los meses de lluvias. Esta siembra puede ser realizada al voleo, en surcos o a chuzo, cuidando que sea una distribución uniforme; además se debe utilizar la cantidad de semil­las recomendadas y la profundidad de su siembra, garantizando de esta forma el éxito de la formación de la pradera.

Una causa frecuente de fracaso es la siembra de cantidades insuficientes de semilla. Una buena calibración del equipo de siembra garantiza que se utilicen las cantidades correctas de semilla para la siembra. Esa cantidad, llamada tasa de siembra, cambia de acuerdo con el tipo de gramínea y el lote de semilla (Ver gráfico).


El manejo de fertilizantes
Algunos fertilizantes, como cloruro de potasio, urea y sulfato de amonio, no pueden ser mezclados con las semillas porque causan su muerte. Por otro lado, el súper fosfato simple granulado puede ser mezclado, siempre y cuando la siembra se lleve a cabo en el mismo día en el que la mezcla (Semilla + Superfosfato Simple) haya sido preparada.
En el desarrollo de un próximo artículo se hará referencia a la cobertura de las semillas y a las semil­las revertidas.

Credito
EL NUEVO DÍA

Comentarios