Hasta siempre, Jaime de Zorroza y Landia

JORGE CUÉLLAR – EL NUEVO DÍA
Familiares, amigos y colaboradores despidieron al empresario de origen español, cuyo sentido de solidaridad lo llevó a promover numerosas iniciativas en favor del desarrollo del Tolima durante varias décadas, desde que llegó al departamento.

En una sentida ceremonia, efectuada en la Catedral de Ibagué, fue despido y homenajeado el veterano empresario y benefactor Jaime de Zorroza y Landia, cuya vida se apagó el domingo pasado a los 98 años, muchos de ellos entregados al servicio en favor del Tolima.

A este último adiós acudieron cientos de personas, entre amigos, familiares, dirigentes gremiales y colaboradores, quienes, además de acompañarlo, resaltaron las enormes virtudes de quien fuera uno de los hijos adoptivos del Tolima más apreciados por su comunidad.

“Jaime dio mucho de comer, fue generoso, sus bienes no se aferraron a sus dedos y repartió a manos llenas (...) en este hombre que despedimos vimos el sentido de la caridad, no calificaría sus actitudes de simple filantropía, sino que su pensamiento, discursos y acciones brotaban de la caridad cristiana”, comentó monseñor Flavio Calle Zapata, quien presidió la ceremonia.

Modesto y sencillo, así lo recordó el Arzobispo durante la homilía. De él rememoró, además, su descomunal ejemplo de trabajo en los ardientes campos del Tolima, que le permitieron materializar e impulsar iniciativas de carácter social, educativo y empresarial fundamentales para el desarrollo del departamento.

“Hizo caridad educando, construyendo y levantando templos y alcobas a los ancianos, por eso, en la despedida no hay amargura ni tristeza, sino alegría y esperanza (...) es bueno despedir a los amigos y él era una persona siempre vista con amabilidad por las miradas tolimenses”, acotó Monseñor.

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Con merecidas palabras de afecto y agradecimiento, la Alcaldía y el Concejo de Ibagué, la Universidad de Ibagué, la cooperativa Serviarrroz y el colegio San Bonifacio de las Lanzas exaltaron la vida y obra del más tolimense de los españoles.

Pero fueron las palabras de Alfonso Reyes Alvarado, exrector de la Unibagué, quien, en representación de su familia, amigos y trabajadores, describió de forma inequívoca la esencia y el legado de De Zorroza.

“Dos valores fueron constantes en su andar: la tenacidad y la caridad. El primero le permitió perseverar y nunca rendirse ante las múltiples adversidades y el segundo fue su norte ético, entendiendo la caridad como el amor cristiano, ese profundo y sincero reconocimiento del otro. Entendida así, la caridad es diferente de la filantropía, mientras esta busca reconocimiento, la caridad es anónima. Este fue el rasgo más sobresaliente de la personalidad de don Jaime”, señaló Reyes.

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Explicó que, como ninguno en el Tolima, De Zorroza encarnó al célebre protagonista de Maitetxu Mía, aquella popular canción de su natal País Vasco cuya primera línea reza: “Buscando hacer fortuna como emigrante me fui a otras tierras”. Pero, contrario a aquel personaje, don Jaime resolvió establecerse definitivamente en su lugar de destino y aquí, por sus aportes durante décadas, se lo agradecieron.

Credito
EL NUEVO DÍA

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