Lo anterior resulta paradójico dadas las circunstancias de desabastecimiento descritas, que han campeado en la zona de El Salado, solo por mencionar un caso, por las dificultades para acceder al servicio.

“Este daño lleva varios días. Empezó con un chorrito de agua que brotó por la carretera, pero ha incrementado a esta magnitud”, manifestó Luz García, residente de la zona y afectada con el daño.

Agregó que “hemos llamado para que nos arreglen el daño. La semana pasada vino una brigada a trabajar dos días, pero no solucionaron nada y antes aumentó el volumen de la fuga de agua”.

La mujer señaló que la mayoría de las viviendas de ese tramo, entre las carreras Sexta y Octava, cuentan con sótanos y han identificado que, al parecer, el líquido se empezó a filtrar ocasionando varios perjuicios a las edificaciones.

“Con la situación se nos están deteriorando los muebles y enseres, la ropa ha cogido olor a humedad y nos toca estar limpiando constantemente”, aseveró.
En la actualidad más de la mitad de la carretera está inhabilitada, pues junto al agujero, del que brota el líquido vital, hay un cúmulo de material y unas estructuras verticales con cinta amarilla que sirven para alertar a los ciudadanos y conductores del agujero.

En ese sentido, más de la mitad de la carretera está inhabilitada, por lo que el paso de vehículos es problemático por esa zona.
“Sabemos que ya nos llegó la Semana Santa, pero para estos daños no hay festividades. Esto no da espera, así que le pedimos al municipio que nos solucione el tema para que no se desperdicie más agua limpia”, finalizó Luz.

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